1. Compatibilidad. Bodas en Cuaresma. Nadie se escandaliza por ellas aunque estén prohibidas, porque la cosa está muy mala y como para renunciar al sobre. Otro punto es que quisieran echar al Via Crucis de las cofradías por un enlace en el Sagrario. Si total, los invitados se acercaron a ver al Cristo, es que las dos no serían tan incompatibles.
2. Superación. Hará cuatro años, el Viernes Santo no era ninguna piña. Los Dolores se disponía a hacer historia y no todo el mundo lo tenía claro. Ahora da gusto ver cómo las cinco hermandades se unieron en el Via Crucis de ayer y hasta cedieron patrimonio, y los faroles de la Soledad ya han hecho triplete. Un ejemplo de que todo se supera.
3. ¿Por qué a ellos?. ¿Príncipes destronados? Algo así. Se sintieron como los hermanos mayores que ven que los padres hacen con los recién llegados lo que no hicieron con ellos. Al verlos lucir medalla, entre palmas y algarabía, se preguntaron si alguna vez tuvieron los jefes de la casa tantos detalles con los demás hermanos.
4. El calendario. Cuando acabe la Semana Santa faltarán dos meses y medio. ¿Tiempo más que suficiente para juntar avales, hablar con hermandades, hacer un buen equipo, elaborar un programa y presentarlo prolijamente? Hay quien dice que sí. La Semana Santa de 2008 fue muy temprana. Ésta no. Y nadie piensa en eso.
5. Entre aves. Nunca se ha escuchado hablar al loro, que es discreto y está acostumbrado a que la gente lo mire como atracción de feria. Sin embargo, no hace mucho, al ver llegar a algunos clientes, sacudió el plumaje gris perla y dijo irónico y divertido en otra lengua aviar: «co-co-co-co-co-co-có».
Semana Santa
