1. Cercanía. Acostumbran a llegar sin que casi nadie lo espere, cuando uno se ha cansado de preguntar cuándo será la primera vez que acompañen a su Hijo. Igual no le queda demasiado a ninguna de las ¿tres? Más fácil será ver un paso de palio entero, con todo lo que eso vale, que algo más sencillo aunque fuese austero y desde luego también bello.
2. Como siempre. ¿Cómo dices? ¿Que te parecía mal que durante unos cuantos años no acompañara rezando estaciones? Tampoco quien vino detrás de él lo está haciendo, y lo sabes. Mira, para compensar, a esa prima tuya de mayor condición y posibles a la que con tanto descaro miras, también le va a faltar. Que para eso tiene quien le auxilie.
3. Puertas abiertas. Junto a la Universidad no hay más que una opción, pero sería casi guatepeor, dicen. A la hora en que las puertas de San Pedro de Alcántara se cerrarán para no ver algo que seguro que será mejor no mirar, hay algunas que se pueden abrir, y que no hace tanto han recibido alborazadas a un nuevo jefe.
4. ¿Terna?. Podría ser un cartel con una terna para la tarde de junio. No hay que descartarlo. Y si de torear al natural se trata, dos de los que pretenden hacer el paseíllo no destacan por una mano izquierda flexible y artística. El que está en el primer lugar tiene incluso más que el sería segundo en la terna.
5. Inquietud. Lleva una semana inquieto, oteando el horizonte por si los ve venir para poner el oído cubierto de plumaje perlado. ¡Cuántos castillos en el aire escuchó en inviernos lejanos el loro entre chanzas y bromas como de contrabarrera! «¿Ahora si lo tenéis?», les dirá si aparecen un día de estos.
Semana Santa
