Un problema técnico ha provocado este martes la caída masiva de los servidores de PokerStars, la mayor sala de póker online del mundo. La compañía ha pedido disculpas a través de Twitter después de que empezaran los problemas, poco antes de las once de la noche. Además de quedarse sin jugar, usuarios de varios países no han parado de lanzar preguntas a través de las redes sociales. La más repetida era esta: ¿qué ocurrirá con el dinero pagado para participar en torneos? El problema se resolvió después de poco más de dos horas.
We are currently experiencing a tech issue with the PokerStars site. Our staff are working hard to fix the problem as soon as possible.
— PokerStars (@PokerStars) 14 de marzo de 2017
PokerStars siempre ha sido una empresa solvente y el dinero en juego se devolverá, pero en casos así siempre surgen situaciones particulares que habrá que resolver. Un usuario aseguraba, por ejemplo, que iba líder destacado en un torneo cuando solo quedaban cinco jugadores. ¿Le darán el dinero del premio que tantas posibilidades tenía de ganar o al menos una estimación de su recompensa? Según las condiciones generales en estos casos, una vez en premios todos los jugadores reciben el premio mínimo y el dinero restante de la bolsa se reparte de forma proporcional a las fichas que tenga cada uno en ese momento.
En este enlace se puede comprobar la política de devoluciones de PokerStars. En general parece todo bastante correcto, aunque no es tan fácil llegar a esta página. Tampoco estaría de más que el enlace o la información apareciera automáticamente a todos los usuarios cuando se produce una incidencia así.
España fue uno de los países afectados, aunque los usuarios de nuestro país no recibieron ninguna explicación en castellano, tampoco a través del correo electrónico o de la cuenta de Pokerstars.es en Twitter. En inglés, el único mensaje informativo se publicó más de una hora después de empezar los problemas.
Como es natural, los jugadores pedían respuestas y los técnicos de la empresa de la pica roja trabajaban a toda velocidad para resolverlos. Como casi siempre ocurre en todo tipo de negocios, sin embargo, el peor fallo fue de comunicación. Nadie sabía muy bien cómo actuar. Algunos temían desconectar sus aparatos y que el problema se resolviera enseguida, de modo que ya no pudieran reclamar. Para muchos aficionados, la pérdida de tiempo fue mucho más grave que la de dinero. Para los profesionales o semiprofesionales, la situación no era mejor.
Finalmente, todo volvió a la normalidad poco más de dos horas después, pasada la una de la madrugada.
Poker Federico Marín Bellónel