El próximo 27 de septiembre se estrenará en Estados Unidos la película «Runner, Runner», una nueva incursión cinematográfica en el mundo del póquer. Ha sido producida por Leonardo DiCaprio y encabezan su reparto Justin Timberlake y Ben Affleck; ninguno de los tres suele fallar demasiado en taquilla. El tráiler de la cinta sigue la inexplicable moda de destripar casi todo el argumento, pero al poder verlo con tanta antelación es posible que la memoria nos ayude a olvidar a tiempo. En todo caso, no parece una secuela (ni precuela) estricta de «Rounders», como se había comentado, aunque Brian Koppelman y David Levien repitan como guionistas.
Después de su participación en «Rounders», uno de los mejores títulos que ha dado el género, y después de ganar un nuevo Oscar por «Argo», Ben Affleck da vida a Ivan Block, el sospechoso magnate que dirige una sala de poker online. Justin Timberlake interpreta a Richie Furst, un estudiante universitario que decide pagarse la matrícula a base de faroles y matemáticas. Tras darse de bruces contra el «sistema», el chaval (Justin es el nuevo Michael J. Fox) toma la poco verosímil decisión de buscar a quienes lo engañaron, aunque para ello tenga que largarse a Costa Rica.
El tráiler sigue destripando detalles del argumento a conciencia, pero a partir de aquí depende de cada uno verlo o no. Se puede decir que contiene todos los elementos espectaculares y sensacionalistas que cabría esperar y alguno más. Esperemos que, pese a todo, sea una buena película.
Runner runner, por cierto, es una expresión del póquer que hace alusión a un fenómeno no tan infrecuente: un jugador completa su mano cuando después de salir las tres primeras cartas comunitarias sobre la mesa (el flop), le caen justo las que necesita en la cuarta y quinta calles (el turn y el river, que dicen los que saben). Ocurre, por ejemplo, cuando el jugador que va por detrás en la mano completa una escalera milagrosa o un color inesperado. En estos casos no es del todo inusual que quien ha perdido empiece a jurar en hebreo y a decir que la sala o el crupier se han confabulado contra él. Cuando es al revés, la reacción más frecuente, aunque no se exprese en voz alta, es: «¡Lo merecía!». Cosas de vivir a uno u otro lado del azar.
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