La aragonesa María Eizaguerri sigue haciendo historia en el ajedrez español. Hace dos años se proclamó doble campeona de España sub 16, en la categoría femenina y absoluta, en partidas rápidas, y lo acaba de repetir en el campeonato nacional sub 18, de nuevo en Salobreña. Esta vez era en partidas clásicas o lentas, lo que da aún más valor a su triunfo.
Después de nueve partidas, Eizaguerri ha terminado en primera posición, por delante de todos sus rivales, chicos y chicas. La joven ajedrecista confiesa que no se lo esperaba y que nunca se planteó ganar. «Tenían que pasar muchas coincidencias en la última ronda para poder ser primera», asegura, pero al final los campeones siempre tienen suerte, incluso en el ajedrez, y lo que tenía que ocurrir ocurrió.
Eizaguerri terminó el torneo con 7,5 puntos en 9 partidas. Ganó las cinco primeras. Luego hizo tablas con el Maestro FIDE Gerau Masagué y perdió contra el también MF Aaron Alonso, pero se rehízo y ganó las dos últimas partidas. Ella confiesa que fue muy duro, porque algunos días se jugaban dos partidas y después de perder por la mañana le tocó volver a jugar por la tarde. Eran jornadas de una media de ocho horas de juego.
La que perdió fue especialmente larga y difícil: «Empezamos a las 9.30 y acabé a las 13.30, y fue una partida muy complicada, de calcular un montón. Acabamos reventados. Mi rival también y, de hecho, perdió por la tarde. Es muy duro». La recuperación psicológica fue fundamental, porque ella además tuvo la partida «ganada». «No vi una jugada y perdí. Me desanimé un poco, pero me supe reponer».
En la clasificación final, acabó empatada a puntos con Masagué y con Juan Labiano, pero le favoreció el sistema de desempate. En la lista inicial, de acuerdo a su puntuación Elo (2304), María ocupaba la séptima posición. El gran favorito, el maestro internacional Pedro Ginés, solo pudo ser noveno, pese a su amplia experiencia, que incluye su victoria en el Mundial sub 14, en 2018.
Desde hace algunos años, los campeonatos de España son mixtos. Hombres y mujeres compiten juntos, una medida que al principio generó cierta polémica y que tiene sus efectos secundarios adversos. Sin embargo, también sirve para acercar el nivel de unos y otras y acabar con ciertos mitos, como la supuesta superioridad masculina en este deporte. Las mejores ajedrecistas de la historia, como Judit Polgar y Hou Yifan, han crecido jugando torneos mixtos.
Integración polémica
Pese a que es la segunda vez que gana el absoluto, María Eizaguerri no es partidaria de que los campeonatos de España se celebren juntos. «Yo sigo diciendo que se debería hacer separado», afirma, y pone un ejemplo vivido en Salobreña para justificar su postura: «Hoy, había otra chica que llegó a la última ronda con 6 puntos. Yo tenía 6,5, por lo que si yo perdía y ella ganaba, ella hubiera sido campeona de España. En realidad no se sabe quién es mejor de las dos. No hemos jugado entre nosotras».
En casa de Eizaguerri no se jugaba al ajedrez. Ella aprendió de un vecino de su pueblo, Cuarte (Huesca), cuando tenía 5 o 6 años. Luego se compró un libro y se apuntó a un club de Huesca, donde vive ahora. Desde entonces, no ha parado de progresar. Antes de cumplir los ocho años ganó su primer campeonato de España y quedó cuarta en el de Europa. Casi siempre ha estado entre las mejores del mundo de su edad. A los once ya era maestra FIDE femenina (paso previo a los títulos de maestro internacional y gran maestro) y en 2018 quedó octava en el Mundial sub 14 en Grecia, donde su amigo Pedro Ginés se proclamó campeón.
La madre de María llegó a organizar una campaña de recogida de fondos para pagarle los entrenadores necesarios y que pudiera participar en aquel Mundial. Gracias a eso pudo dar clases por internet con el gran maestro israelí Artur Kogan. Luego, con la ayuda de la Federación Española, ha trabajado con el GM Josep Oms. En la actualidad entrena con el GM Ernesto Fernández, por Skype. Agradece las ayudas y no se atreve a pedir más. Sobre el tablero, se considera una jugadora «agresiva» y los resultados demuestran que no teme enfrentarse a nadie.
Este año, María Eizaguirre ha terminado segundo de Bachillerato. Logró un 12,2 en la EBAU, pese a que a veces dedicaba un mes entero al ajedrez, como ocurrió en diciembre, y luego tenía que recuperarlo. El año que viene estudiará Económicas en Zaragoza. «Los estudios son importantes y me sacaré la carrera. No voy a dejar ni los estudios ni el ajedrez. También seguiré compitiendo». Por lo demás, espera que el futuro inmediato sea algo más fácil, después de este año de pandemia en el que ha habido muy pocos torneos internacionales.
Sobre la eterna pregunta de por qué hay menos mujeres ajedrecistas, ni siquiera ella, que sigue rompiendo barreras, tiene una respuesta: «Siempre es un tema complicado. Depende de bastantes cosas. Igual a las chicas les atrae menos. No veo una razón clara».
Su objetivo inmediato es seguir mejorando, conseguir alguna norma para convertirse en Maestro Internacional y «entrar dentro del equipo olímpico español». «Ahora está en camino y estoy muy contenta», dice. «Hay que ir poco a poco. Este título tampoco lo esperaba. Sueños se pueden tener, pero es mejor ir partida a partida. Si empiezas a pensar otras cosas, al final te pones más nerviosa».
Ajedrez Federico Marín Bellónel