Tras años de oposición a Putin, lucha por la que abandonó el ajedrez y pasó varias veces por la cárcel, Garry Kasparov ha decidido embarcarse en otra batalla, quizá menor, contra el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), en la que ya fracasó Anatoly Karpov. ¿Es suficiente con ser uno de los tres mejores jugadores de la historia para merecer el cargo? ¿Lo haría mejor que Ilyumzhinov?
Kasparov vive siempre de espaldas al régimen
Kasparov confirmó al diario «Frankfurter Allgemeine Zeitung» (en su edición de papel) que se siente firmemente comprometido con la misión de apartar a Kirsan Ilyumzhinov de la presidencia de la FIDE, que espera ocupar él mismo. Las próximas elecciones se celebrarán en Tromsö (Noruega), en agosto de 2014.
En cierto modo, Kasparov ya perdió dos elecciones, porque en 2006 apoyó a Bessel Kok y en 2010 a Anatoly Karpov. Precisamente por eso presume de saber lo que falló en ambas ocasiones y dice que está preparado empezar a trabajar ya en una campaña de larga duración.
Karpov, por cierto, ha demostrado seguir en buena forma al derrotar en un duelo personal a Yasser Seirawan, cuatro veces campeón de Estados Unidos, que ha estado unos años prácticamente retirado de la competición, aunque es nueve años más joven que Anatoly. Fue necesario llegar al desempate en partidas relámpago, en las que el ruso venció 6-4
Kasparov y Karpov se han convertido con los años en sorprendentes aliados
Para el excampeón mundial, el principal error del actual presidente son sus encuentros con Saddam Hussein, Muammar el Gaddafi y Bashar al Assad. Más de una vez lo hemos comentado por aquí. Por otra parte, según cuentan en Chessdom, Garry considera que los esfuerzos por llevar el ajedrez a las escuelas en realidad forman parte de una estrategia de Ilyumzhinov para despreocuparse del ajedrez como deporte. Él mismo aclara algunas cosas en su cuenta de Twitter, donde dice que hará «lo que sea necesario para salvar al ajedrez de Ilyumzhinov».
Ajedrez Federico Marín Bellónel