El 15 de abril de 2011, el FBI cerró los dominios y bloqueó las cuentas bancarias de las tres mayores casas de juego en el internet «de la época», PokerStars, Full Tilt Poker y Absolute Poker. Es lo que se conoce como Black Friday o Viernes Negro, cuyas repercusiones persisten. El último capítulo podría ser la condena a Isai Scheinberg, fundador de PokerStars, que se ha librado de ir a la cárcel. Se cree que se entregó el pasado mes de enero en Suiza, después de llegar a un acuerdo con el Gobierno estadounidense.
Scheinberg es un personaje misterioso, digno de una película de espías. Apenas hay fotos de él. Ni siquiera la Wikipedia publica ninguna, aparte de despachar su biografía en cuatro líneas. Nacido hace (unos) 73 años en Lituania, de nacionalidad israelí canadiense, fue programador para IBM antes de fundar la empresa que lo convirtió en multimillonario. En 2014, no obstante, tuvo que vender PokerStars al grupo Amaya tras el golpe que supuso el Viernes Negro, por la bonita cantidad de 3.600 millones de euros.
El juez Lewis A. Kaplan, del distrito Sur de Nueva York, condenó a Scheinberg a una multa de 30.000 dólares, que el empresario recibió con satisfacción: «Me complace que el juez Kaplan haya decidido no imponerme una pena de prisión», declaró a Pokerfuse. Scheinberg se enfrentaba a una pena que podía oscilar entre 12 y 18 meses de prisión, por supuesto fraude, lavado de dinero y apuestas ilegales (el juego online todavía es ilegal en la mayor parte de los Estados Unidos).
Parece que Scheinberg alivió las peores consecuencias del Viernes Negro y que su modo de tratar los fondos de los jugadores fue menos oscuro que el de otras compañías. Su empresa asumió, por ejemplo, las deudas con los jugadores de Full Tilt Poker, unos 300 millones de dólares de agujero. Además, se ha considerado que sus posibilidades de reincidir son mínimas. Todo eso, y que era el único de los once grandes acusados pendiente de juicio, ha jugado en favor de un magnate que siempre ha sabido jugar muy bien sus cartas.
De todos modos, la cárcel no ha sido el destino habitual de los encausados. Ira Rubin recibió el castigo más grande: tres años de condena. La mayoría lograron eludir la prisión, entre ellos los consejeros delegados de Full Tilt y Absolute, Ray Bitar y Scott Tom.
Los orígenes del caso se remontan a 2006, cuando la administración Bush decidió prohibir el juego de azar por internet, con la famosa UIGEA. Aquello supuso un mazazo para empresas como Party Poker, mientras el sector defendía que esta actividad no es un simple juego de azar. De cualquier modo, algunas empresas, como PokerStars, lograron saltarse la prohibición y mantenían un gran número de clientes estadounidenses, hasta que en 2011 llegó el Viernes Negro, que con el tiempo ha clareado. PokerStars, de hecho, volvió a operar legalmente en Nueva Jersey en 2016 y desde entonces se expande lentamente por el territorio estadounidense y mantiene su liderazgo mundial.
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