Este sábado empieza en Sochi la Copa del Mundo de Ajedrez, estupendo aperitivo al Mundial que Carlsen y Nepomniachtchi nos regalarán a finales de año. Solo el primero participa, sin embargo, pese a jugarse en el país del segundo. En total, habrá 206 participantes en el torneo absoluto y 103 en el femenino, que mantendrán el espectáculo durante casi un mes, hasta el 6 de agosto. Todos los encuentros se celebran a dos partidas lentas (90 minutos para los primeros 40 movimientos), más los posibles desempates.
Los españoles Paco Vallejo, David Antón y Alexei Shirov pasan directamente a la segunda ronda. Ana Matnadze es nuestra única representante femenina y tiene como primera rival a la jugadora malasia Puteri Munajjah Az-Zahraa Azhar, que puede impresionar por su nombre, pero que no debería suponer un problema para la española. En su parte del cuadro asusta sobre todo la rusa Aleksandra Goryachkina, a la que podría enfrentarse en dieciseisavos de final, si la argentina Carolina Luján no se lo impide antes, lo que nos daría una doble alegría.
En el cuadro masculino, el Niño tiene como gran enemigo a la vista al ruso Evgeny Tomashevsky, si todo va bien para ambos. Vallejo parece destinado a cruzarse con el alemán Matthias Bluebaum. Y Shirov es posible que se tope con otro ruso, Nikita Vitiugov. Todo esto son especulaciones, pero a priori los peores enemigos son los rusos, que entre hombres y mujeres presentan a 44 representantes.
Los dos primeros se clasifican directamente para el torneo de Candidatos de 2022. En el cuadro femenino, logran el pase las tres mejores. Entre los premios más prosaicos, el primer lugar absoluto se recompensa con 110.000 dólares, mientras que la campeona obtendrá 50.000. Podría hablarse de discriminación, pero en ajedrez cualquier mujer puede participar en el torneo ‘grande’.
La organización ha prestado especial interés a las normas de seguridad contra el Covid, así como al código de etiqueta, que será especialmente exigente. En Krásnaya Poliana, un complejo turístico donde se organizaron los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014, no se verán camisetas, vaqueros ni zapatillas de deporte. El primer incumplimiento conlleva una sanción económica, pero luego puede llegar a impedirse el acceso del ajedrecista a la sala de juego.
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