El Comité Olímpico Internacional ha confirmado todas las sospechas: el ajedrez se queda fuera de los Juegos Olímpicos, una vez más. Hace unos días ya decíamos que su inclusión era una quimera. No sirve de nada llorar y, mucho menos, menospreciar los deportes elegidos, cuando hay tanta gente que ni siquiera considera el ajedrez como uno de ellos. Breaking dance, monopatín y escalada sí entrarán en la lucha por las medallas y la gloria olímpica. Si el movimiento es importante, desde luego sus practicantes se mueven mucho más y gastan más calorías que los ajedrecistas. Otra vez será. O no.
El COI asegura que ha apostado por disciplinas centradas en los jóvenes y urbanas, lo que en sí mismo no es ningún argumento para dejar fuera el ajedrez. Debemos admitir, sin embargo, que ni siquiera el mundo del ajedrez estaba unido con esta propuesta, de la que no tardó en desmarcarse la Federación rusa. Poner el acento en las calorías que gasta un ajedrecista tampoco era el mejor argumento posible.
Breaking, monopatín y escalada deportiva habían logrado un buen impulso El primero ya entró en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, el año pasado. Por otro lado, el monopatinaje, la escalada y el surf debutarán en el programa olímpico de Tokio 2020. El ajedrez vive del recuerdo de una triste exhibición en Sidney 2000.
No obstante, los deportes propuestos para París 2024 serán revisados por la Comisión del Programa Olímpico. En marzo se presentará a la Junta Ejecutiva una recomendación, que en el caso probable de ser aceptada llegará a la sesión del COI.
En realidad, esto no cambia nada. La nueva FIDE tiene muchos caminos en los que trabajar y este solo era uno de ellos, y no el más importante.
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