El gran maestro israelí Alik Gershon superó el reto y pudo inscribir su nombre en el libro Guinness. Le costó 19 horas, pero ganó el 86 por ciento de las 523 partidas, superando con holgura las exigencias para homologar la hazaña, que estipulaban el 80 por ciento. En Israel celebraban como un triunfo el récord, hasta ahora en poder de un jugador iraní.
Con la lengua fuera, pero Alik Gershon pudo superar el récord. Foto: AFP
Gershon ganó 454 partidas, perdió 11 y entabló 58. La última partida terminó a las cinco y media de la mañana, con sus protagonistas extenuados en la plaza Rabin de Tel Aviv, donde asomaban los primeros rayos del alba. «Es una sensación muy dulce», declaró a la agencia AFP. «Es algo para lo que me había preparado durante mucho tiempo. No podía fallar».
En efecto, el entrenamiento de Alik no era solo técnico o psicológico, sino que incluía largas carreras y sesiones de natación. En unas simultáneas tan multitudinarias, «hay muchos kilómetros que andar y debes estar concentrado», añadió el jugador. En su día, el iraní Morteza Mahjoob se calcula que caminó 40 kilómetros durante 18 horas cuando consiguió su récord, en agosto del año pasado, frente a 500 tableros.
«Espero que todas nuestras guerras tengan lugar sobre un tablero de ajedrez. Para guerras así, estoy preparado», dijo por último un conciliador Gershon, fundador de la revista de ajedrez online en Israel, «Schachnet».
Ya veremos cuanto dura el nuevo récord. De momento, el maestro internacional Dean Ippolito, de Nueva Jersey, ha anunciado que el 27 de noviembre intentará superarlo. Entre sus rivales piensa seleccionar profesionales, aficionados y una veintena de actores y deportistas famosos.
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