Transformación del mercado de la droga en Ucrania

Ucrania era un gran mercado para el modelo de negocio de las drogas antes del comienzo de la Operación Militar Especial de Rusia en febrero de 2022.

El puerto de Odesa actuaba como el gran centro de tránsito -recepción y distribución- de las drogas que llegaban importadas desde Asia y desde Hispanoamérica y que, posteriormente, eran repartidas para el consumo local y para los mercados del este de Europa.

Los tres productos con más penetración en el mercado ucraniano eran el cánnabis, la heroína y las drogas sintéticas.

El cánnabis sigue siendo un producto con un arraigo muy capilar en Ucrania, ya que es plantado en el exterior de las casas de forma masiva y su precio -entre €2 y €4 por gramo- es muy asequible para los ciudadanos corrientes.

Ucrania era un mercado muy desarrollado para la heroína, en el que más de 350.000 consumidores adultos -un 1,7% de este segmento de población, antes del conflicto- se inyectaban opiáceos de forma habitual.

Por último, Ucrania contaba con fuentes establecidas de suministro de drogas sintéticas, dado que la producción estaba muy extendida hasta el punto de que las intervenciones policiales de laboratorios locales crecieron de 5 en 2019 a 67 en 2020.

El impacto del enfrentamiento en Ucrania sobre el mercado de las drogas está siendo significativo.

En primer lugar, el conflicto ha alterado la economía ucraniana de las drogas porque, al cerrarse el puerto de Odesa, los flujos entrantes en el país de heroína y de cocaína se han visto paralizados.

Los puntos de recepción de la droga en Ucrania han cambiado y el puerto de Odesa ha sido substituido en esa función por los territorios fronterizos a Rumanía y a Polonia.

Asimismo, Ucrania ha perdido el carácter de centro de distribución logística de drogas para el este de Europa y se ha convertido ahora en un mercado de consumo de las que llegan desde otros lugares.

En otras palabras, Ucrania ha dejado de reexportar las drogas que recibía de otros mercados y se ha convertido en un importador de las que le entran desde su frontera occidental.

Éste es el caso de la cocaína, que ha mutado sus rutas de acceso a Ucrania pasando de las marítimas en el Mar Negro a las terrestres a través de las carreteras rumanas y polacas.

Por otra parte, las dinámicas del mercado de la droga en Ucrania están girando.

Ucrania sufre del síndrome de abstinencia de la heroína porque ésta es la gran ausente del mercado ucraniano tras el cierre del puerto de Odesa.

Los productos substitutivos de la heroína en Ucrania son la metadona callejera, cuya producción en laboratorios locales ha aumentado, y, sobre todo, los opiáceos sintéticos, de origen chino, polaco, turco y egipcio, de los que se encuentran grandes cantidades en el país, que están ganando consumidores entre menores de edad, incluso de menos de 14 años.

En Ucrania, hoy en día, detrás del cánnabis, que sigue siendo la primera droga más usada por la población, las catinonas sintéticas se han convertido en la segunda droga más consumida.

Las catinonas, llamadas en el submundo de la droga como “sal de baño” o como “polvo de mono”, son estimulantes fabricados en laboratorios y están relacionados químicamente con las sustancias que se encuentran en la planta del khat, un arbusto que crece en África oriental y en el sur de Arabia.

Estas drogas tienen como sus consumidores principales a los miembros de las Fuerzas Armadas, dado que son el grupo sociodemográfico de mayor poder adquisitivo, tras la huida de los ricos clanes criminales ucranianos a Europa como refugiados.

El resultado de todo lo anterior es que el mercado ucraniano de la droga ha mutado para concentrarse desde la ribera derecha, es decir, la occidental, del río Dniéper hasta Lvov, lejos de la línea de combate, y los consumidores son ahora politoxicómanos.