¡Qué poco me gusta ponerme seria en este blog! Pero a veces siento que debo porque hay cosas en las que es imposible mira hacia otro lado. Antes de continuar quiero hacer una dedicatoria:
ESTE POST VA DIRIGIDO, ESPECIALMENTE, PARA TODOS AQUELLOS QUE DEFIENDEN EL CACHETE A TIEMPO
De la misma manera que somos lo que comemos, de adultos somos lo que mamamos en nuestra infancia. Hay muchas maneras de modificar los hábitos adquiridos en la infancia. Los (buenos) psicólogos tienen las claves. Pero si se puede evitar algo, ¿por qué no hacerlo? Entre otras cosas porque mientras el asunto no se arregla, el niño/joven/adulto sufre y hace sufrir a quién tiene a su lado. Un niño que crece con cachetes, zarandeado y a gritos, difÃcilmente puede ser un adulto que no use esas armas para defenderse cuando se sienta acorralado.
Si nos hemos creÃdo sin género de dudas que niños en orfanatos que se crÃan con la única caricia de los barrotes de una cuna, son niños con potentes carencias emocionales, ¿de dónde se saca la gente que pegar a un niño no tiene consecuencias? ¿de dónde?
Es cierto, los niños nos llevan a veces hasta el lÃmite. Agotan, cansan, su vitalidad es tres veces mayor que la nuestra. No te digo nada si eres madre a partir de los 35. Pero también nos saca de quicio la gente con la que nos encontramos por la calle: la señora que se te cuela en el supermercado con todo su morro. La compañera de trabajo que te boicotea, un jefe cabrón que te pone reuniones a las siete de la tarde antes de un puente. Pero a nadie se le ocurre resolverlo con un cachete.  Y quien lo resuelve de esa guisa, es tratado por la sociedad como lo que es: una persona violenta
Ya. A los hijos los tienes que educar. ¿Pero educar a base de leches es educar o es imponer el terror y el miedo? La violencia fÃsica y verbal pasa factura tarde o temprano en las personas adultas. Miren ustedes, indaguen en los casos de los delincuentes más agresivos y probablemente encontrarán infancias carentes de amor, sostén y contención. Es incoherente querer y pegar. Es incoherente querer y maltratar. No lo aceptamos en las mujeres pero ¿y qué pasa con los niños?
Los niños son la parte más vulnerable de la sociedad pero ¡ojo!, son el futuro. Son los que ahora gatean los que dentro de cuarenta años nos limpiarán las posaderas cuando nos estemos muriendo. Y sobre todo son lo que más hay que proteger por encima de todas las cosas porque es de abusón (eso lo aprendiste en el colegio) pegar a alguien que no se puede defender. Quien pega a un niño es un cobarde. Es inhumano.
¿Creen ustedes que exagero? les invito a que lean los comentarios en este artÃculo que hice el pasado mes de noviembre en este mismo periódico. Una entrevista a una maravillosa psicóloga, Olga Carmona, de PsicologÃa Ceibe. Les invito a que reflexionen sobre el nivel de agresividad de algunos. Es para echarse a llorar.
No me quiero extender más. Escribo esto porque se me ha revuelto la tripa y el corazón ver este vÃdeo hoy en las noticias. La campaña la ha hecho el gobierno irlandés. Me pregunto para cuándo en España.
Y ahora, reflexionemos. ¿De verdad este padre está educando? ¿Qué podemos esperar de estos niños en un futuro?
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