No se puede pasar por Aranda sin comer un lechazo asado en horno de leña. Entre la numerosa oferta de asadores que hay en la localidad burgalesa, uno de los que más recomiendan los lugareños es EL LAGAR DE ISILLA. La familia propietaria posee también una importante bodega con el mismo nombre, y junto a ella un hotel boutique con otro restaurante, La Casona de la Vid. Todo ello a 18 kilómetros de Aranda. Pero la casa madre es esta, situada en el centro del pueblo. Una amplia barra y decoración típica castellana, con el horno de leña y la parrilla como protagonistas en un lugar destacado del primer comedor. El horno se alimenta con leña de encina y en él se asan los corderos a la manera tradicional, simplemente con agua. Si tienen tiempo, visiten las antiguas bodegas subterráneas, situadas bajo el edificio.
Nosotros nos sentamos en el segundo comedor, recientemente inaugurado, muy espacioso, con una decoración algo más moderna que la del primitivo. Servicio de sala especialmente amable, que dirige una de las propietarias. Muchas cosas apetecibles en el apartado “Para picar”, pero hay que dejar sitio para el lechazo así que nos limitamos a tres entradas, empezando por la imprescindible morcilla de Aranda, francamente buena. Luego unos torreznos de Soria.
Y, para completar, una de las sugerencias del día: espárragos de la vecina Tudela de Duero. Los habituales ya saben lo mucho que me gustan esos espárragos, así que no lo dudamos. Tan estupendos como siempre, aunque no entiendo muy bien que se sirvan cortados. Prefiero que un buen espárrago blanco cocido me lo sirvan entero, para comer con la mano. Tampoco ayuda servirlos con salsa rosa. Allí se quedó la salsa sin tocar.
Todavía antes del asado unas chuletillas de cordero, otro imprescindible. Especialmente buenas las que nos sirvieron, todas de palo, de esas que se comen de un bocado, bien tostadas por fuera, presentadas en una pequeña parrilla para mantener su calor. Y turno para la estrella, el lechazo, un cuarto presentado entero en su fuente de barro que la camarera trocea con habilidad. Impecable. Como le gustaban a Néstor Luján: “sin inútiles y superfluos aderezos”. La piel crujiente y la carne tierna, de esas que se funden en la boca. Francamente bueno. Acompañado, claro, con la preceptiva ensalada de lechuga y cebolla.
Entre la larguísima carta de postres me recomiendan que pruebe el pimiento dulce relleno de crema de queso. No está mal, pro tampoco me entusiasma. Me quedo sin dudar con el milhojas de nata y crema que procede de esa buena pastelería arandina que es Tudanca, situada justo enfrente de El Lagar de Isilla. Para beber, uno de los vinos de su bodega, acogida a la D.O. Ribera del Duero, en concreto el procedente de una parcela de viñas viejas en San Juan del Monte del que sólo se hicieron 3.500 botellas. Del 2019, con quince meses de barrica. Gran vino, perfecto con el cordero.
Esta rápida escapada a Aranda de Duero fue para conocer las instalaciones de Calidad Pascual. Espectacular la fábrica, que ha mantenido un constante crecimiento desde que en 1969 Tomás Pascual creara Industrias Lácteas Pascual, origen del grupo Leche Pascual. Una empresa con más de 2.300 empleados que ha sido pionera en España en muchas cosas. Primeros en uperizar y envasar la leche en tetrabrick (1973), en sacar al mercado una leche desnatada (1980), o en lanzar la primera bebida que combinaba leche con zumos de frutas. En la actualidad, el complejo fabril de Calidad Pascual ocupa 160.000 metros cuadrados, 79.000 edificados. Interesante conocer los modernos sistemas de producción en una visita que merece la pena.
Y ya en Aranda, otra visita. A una cervecería artesanal, Mica, que aprovecha los cereales de la Ribera del Duero para la elaboración de sus cervezas. Cervezas que me gustaron mucho, dentro de un amplio catálogo que va desde la Blonde Ale o la IPA hasta la potente Imperial Stout macerada en barricas y con el añadido de vino reserva de la Ribera. También una fermentada con pan (Sr. Mendrugo la llaman). Especialmente interesantes las cervezas Toro, que hacen en colaboración con Osborne, maduradas en barricas de Jerez. La pilsen en barricas de fino, la amber ale en barricas de oloroso, y la imperial stout en barricas de PX, con nada menos que 12 grados. Pueden verlas todas en su página web y pedirlas para que se las envíen a casa.
Restaurantes Españoles