Por amable invitación de Manel Pérez Piñón, responsable de trade marketing de Estrella Galicia, la semana pasada formé parte del jurado del primer Campeonato de España de Tiraje de Cerveza que patrocina esta marca cervecera gallega y que se celebró en el marco del Salón del Gourmet. Para mí, que soy un cervecero empedernido, y siempre, a ser posible, de cerveza de barril, fue una experiencia de enorme interés. Además, apoyo y apoyaré todas las iniciativas que como esta, o las que organizan Mahou y otras marcas, contribuyan a mejorar el servicio de esta bebida y a ponerla en valor. Entre una caña mal tirada y otra servida como mandan los cánones hay una enorme diferencia. Aprendí mucho de la mano de los otros miembros del jurado, especialmente de su presidente, Fernando Iglesias, responsable de calidad de mercado de Hijos de Rivera, que me enseñó algunos trucos para distinguir la caña “perfecta”.
Para saber si la cerveza está bien tirada hay cinco pasos fundamentales:
1. FIJARNOS EN LA CANTIDAD DE CREMA. Lo primero que tenemos que hacer es ver cuánta crema o espuma tiene nuestra cerveza. En un vaso de caña, debe ser de dos dedos, aproximadamente. Con menos tendrá poca fuerza, con más, faltará líquido.
2. CONSISTENCIA DE LA CREMA. Si la crema tiene poros o al soplarla se hunde, la cerveza estará mal tirada.
3. GAS DEBAJO DE LA CREMA. Bajo la espuma debe poder verse una capa de gas, formada por las burbujas que no pueden salir de la caña. Esto hace que la cerveza mantenga su fuerza hasta el final.
4. MOVER EL VASO Y OBSERVAR QUÉ OCURRE. Cuando llevemos media caña y haya pasado un rato desde que nos la tiraron, se puede hacer la siguiente prueba: mover el vaso para agitar la cerveza. Si la capa de espuma se queda igual, se habrá quedado sin fuerza, pero si aumenta la capa significará que la caña está muy bien tirada.
5. LOS CÍRCULOS QUE VA DEJANDO LA ESPUMA EN EL VASO. Lo mejor es beber siempre la caña por el mismo lado. Así se puede ver si quedan al final en el vaso círculos formados por la espuma. Si aparecen, es una buena señal.
Hay además una serie de detalles que influyen en el servicio de la caña y que se tienen en cuenta en un concurso de este tipo. Por ejemplo usar siempre el mojacopas de agua, incluso para servir una cerveza de botella. O la correcta inclinación inicial del vaso o copa con respecto al grifo, dejando que el líquido resbale suavemente por las paredes de la copa. Cuando se han llenado tres cuartas partes, el vaso se pone vertical y se cierra el grifo dejando una fina capa de espuma. Se deja reposar y se completa en una segunda fase abriendo poco el grifo para que la espuma alcance el borde del vaso. Y no hay que meter nunca el grifo en el vaso.
En la tradición de los bares madrileños, una vez servida la caña se golpea el vaso en el mostrador de cinc. Para los puristas es algo incorrecto ya que al final la cerveza pierde fuerza. Supongo que es cuestión de gustos y de tradición. En esta ocasión estaba penalizado, como lo estaba otro hábito frecuente en Madrid y otros sitios: subir y bajar el vaso continuamente desde el grifo mientras se sirve la cerveza.
En la final del campeonato participaron treinta tiradores de toda España, de los que cinco pasaron a la final. Tenían que tirar dos cañas perfectas y servir una botella de 1906 en un minuto y veinte segundos. Y contestar a algunas preguntas sobre la cerveza. El mejor de todos había llegado de León: Dani Giganto Arias, de 32 años, que trabaja en el restaurante Amancio de la capital leonesa. Pueden verle en la foto que encabeza esta entrada. Ya saben dónde ir para encontrar una caña bien tirada. Segundo fue un joven estudiante de hostelería de La Coruña, Sebastián Greenhalgh. Y terceros, empatados, Diego Braga, también de León; Juan Bernardo González, de Alpedrete; y Jopi Hidalgo, de Madrid, la única mujer. Todos se llevaron su peso en cerveza, además de los premios en metálico.
Una buena iniciativa en apoyo de la cerveza. De la buena cerveza. Pocas cosas hay como una caña bien tirada.
P. D. Recuerden que estamos en Twitter: @salsadechiles
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