ABC
Suscríbete
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizMi ABCABC
Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

En qué consiste «la triada», la lesión temida por deportistas de cualquier nivel

Dentro de las lesiones de rodilla, la triada figura como una de las peores para cualquier persona activa

Alfonso M. Arceel

Puede que el nombre te suene. Igual conoces a alguien que haya pasado por ello o, como es mi caso, has tenido la desgracia de vivirlo en primera persona. La triada es una lesión de rodilla que, como su propio nombre indica, combina tres traumatismos diferentes: el ligamento cruzado anterior, el lateral interno y el menisco.

Si piensas que estás libre de todo peligro por no hacer ejercicio, te diré que lamentablemente no es así. A pesar de ello, sí que podríamos decir que hay una presencia más elevada de esta lesión dentro del mundo del deporte, profesional o no. Hoy vamos a contarte cómo se produce, qué consecuencias tiene, su tratamiento y recuperación.

¿Cómo se produce la triada?

Nuestra rodilla es una compleja articulación preparada para soportar nuestro propio peso corporal, permitiendo una serie de trayectorias o vectores necesarios para nuestra vida como seres humanos (caminar, correr, sentarnos…). Digamos que están «programadas» para ser funcionales dentro de los patrones de movimiento que son normales para nosotros como especie.

Cuando se somete a una rodilla a un desplazamiento para el que no está preparada, dependiendo de su intensidad, podremos ocasionarnos desde un leve esguince a lesiones más graves como, por ejemplo, la triada.

Las lesiones de rodilla se producen normalmente o por un impacto directo o por una hiperflexión, una hiperextensión o un exceso de rotación. Cuando se combinan varios movimientos en un único suceso, puedes llegar una triada. Si estás pensando en el típico accidente que ves por la televisión, con un esquiador dándose un guantazo a más de cien kilómetros por hora, o un jugador de rugby con su rodilla del revés al haber recibido un placaje, te diré que son claros ejemplos de lo que puede ser una triada (o lesiones mucho peores), pero lo realmente inquietante es que en la mayoría de los casos, quienes la sufren no estaban compitiendo en ningún mundial de nada. También puede ocurrir en una pachanguita con amigos cuando quieres imitar un regate del difunto Maradona, un día bajando una escalera con distracción o girándote de manera brusca en el supermercado porque alguien te ha llamado a tu espalda. La triada a veces llega a traición.

¿Qué consecuencias tiene?

Al margen del dolor mayor o menor que se produce tanto en el momento de la lesión como posteriormente, quedarnos con una rodilla en la que una parte de sus piezas estabilizadoras (los ligamentos) y nuestra amortiguación entre tibia y fémur (menisco) están rotos, como podrás imaginar es muy limitante, dado que afecta a una articulación que soporta mucho peso, sumado a la tensión de grupos musculares tan poderosos como los de nuestro tren inferior. Una persona con una triada puede tener una caída simplemente porque la rodilla falla al bajar un escalón, por ejemplo. Su rodilla, «no sujeta».

Una triada está clasificada como lesión grave, aunque el pronóstico dependerá mucho de cada paciente. Como en tantas otras cosas, no tener sobrepeso y partir de una musculatura fuerte, ayudará a que todo marche mejor.

Tratamiento.

La mala noticia es que hay que pasar por quirófano casi siempre. Hay casos en los que con rehabilitación se puede evitar la intervención, pero dependerá mucho del paciente y sobre todo del tipo de vida que lleve. No es lo mismo valorar si es pertinente operar a una persona de 80 años con lo que eso conlleva, que a un deportista de élite con cinco años de máximo rendimiento por delante, por poner dos casos extremos.

Lo más habitual es que el paciente que sufre una triada acabe en el quirófano.

Aquí es la medicina la que tiene que hablar. Hace décadas, hacerte una triada era el equivalente a quedarse cojo de por vida. Para empezar se pasaba por la atrocidad de permanecer con una escayola que cubría la pierna por completo durante varios meses. Los efectos en cuanto a pérdida de masa muscular y movilidad eran irreversibles en muchos casos. Hoy en día hay gente que se opera de una triada y en relativamente poco tiempo camina bien y en unos meses puede empezar a hacer deporte.

Recuperación

Si has pasado por este trance sabrás de lo que te hablo. Ni tu médico se va a atrever normalmente a asegurar unos plazos concretos,  porque hay pacientes que quedan como si no les ha pasado absolutamente nada y otros nunca vuelven a ser los mismos.

Lo que más vas a escuchar si te lesionas la rodilla, ya sea con una triada o con otro tipo de lesión menos grave, es que prestes mucha atención y constancia a tu rehabilitación. Es bastante probable que debas incluir en tu rutina deportiva algunos ejercicios específicos en la pierna en la que te has lesionado para fortalecerla, movilizarla o corregir posibles desequilibrios musculares posteriores a la operación.

Una vez más, tu masa muscular es tu mayor aliada. Una articulación protegida por dos piernas fuertes, será mucho más estable, así que la respuesta es «sí», también en este caso el entrenamiento con pesas es muy importante, incluso os diría que es bastante más beneficioso que el salir a correr a menudo si tu rodilla está tocada. En cualquier caso, si pasas por esto, mucho ánimo, paciencia… Y que la fuerza te acompañe.

EntrenamientoSalud Alfonso M. Arceel

Post más recientes