El Moto G, para el que no lo conozca, es un gama media muy económico de Motorola, lanzado en las navidades del año pasado. En realidad, en relación calidad-precio, es de lo mejorcito que hay.
Llevo ya ocho meses con él, y de momento, como segundo móvil, está cumpliendo con creces con mis expectativas. Una gran batería, versátil, ligero y robusto. Eso sí, no podemos esperar grandes cosas de los componentes más “caros” de un smartphone, como la cámara, que es bastante modesta.
Pero el Moto G tiene un “bug” o fallo, bastante grave. Y es que, cuando se queda sin batería, no vuelve a cargar o encenderse, se convierte en un “brick”, o ladrillo. Me ha pasado ya en dos ocasiones. La primera vez, buscando en Google encontré soluciones de lo más rocambolescas. Desde meter el móvil al congelador para “revitalizar” la batería (y lo hice), hasta dejarlo 24 horas cargando al lado de la estampita de San Judas Tadeo, patrón de las causas perdidas (también lo dejé 24 horas cargando).
Hoy por fin he encontrado el método oficial de Motorola para solucionar este problema. Os dejo aquí la traducción:
1. Conectar el cable al cargador
2. Mantener pulsada la tecla BAJAR VOLUMEN
3. Mientras mantienes la tecla BAJAR VOLUMEN, pulsar y mantener pulsada la tecla ENCENDIDO
4. Mantener ambas teclas durante más de 120 segundos. Es buena idea cronometrarse para asegurarse de no soltar los botones antes de tiempo.
5. Soltar los botones después de dos minutos.
6. Saldrá la pantalla de inicio de Flash, con la opción de reinicio normal resaltada.
7. Pulsar la tecla SUBIR VOLUMEN y el dispositivo se iniciará con un reinicio normal.
¡Solucionado!
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