Las letras representan significados, mundos imaginarios y reales, además pueden ser bellas al igual que cualquier otra forma abstracta. Constituyen la experiencia común de las personas que las leen. La letra es parte esencial de nuestra cultura, sin ella y sin su aprendizaje la mayoría del conocimiento surgido a lo largo de la historia se habría perdido. Dichas letras tienen diferentes usos, y uno de ellos es el de representar desde hace varios siglos los establecimientos asentados en las ciudades o poblaciones más pequeñas.
Formas que se integran en nuestro entorno y que en muchos casos están realizadas para llamar nuestra atención. Por ello, están los diseñadores de tipos, personas que buscan, piensan e investigan las letras y sus nuevas formas, como la diseñadora y tipógrafa Laura Meseguer (Barcelona, 1968). Desde su Estudio ha conseguido gran fama internacional en el diseño y cuenta con clientes nacionales e internacionales, que compagina con proyectos personales de investigación y soluciones tipográficas. Desde 1992 se especializó en tipografía creando así todo tipo de proyectos que involucren letras personalizadas, diseño para marcas y publicaciones en papel, además, es cofundadora de Type-Ø-Tones, una de las fundiciones tipográficas españolas de referencia, a través de la cual publica y promociona sus tipografías, y dirige la escuela Tipo-g.
Ahora, presenta Invisible, una instalación que pone en valor la gráfica urbana y reivindica el patrimonio gráfico de las ciudades como un capital cultural a preservar. El proyecto se presenta en el Centre d’Art la Panera, ha sido comisariado por Anna Roigé y se podrá visitar hasta el 2 de octubre. A partir de revisitar los rótulos de comercios aún en funcionamiento y de otros ya desaparecidos de Lleida, Meseguer propone diferentes acciones. La muestra es una invitación para conocer un patrimonio gráfico (el de Lleida) y para disfrutar de las tipografías que hallamos por las calles, elementos que de tan interiorizados como los tenemos, a menudo se nos hacen invisibles.
En una pared de diecisiete metros se exhiben los diferentes rótulos urbanos junto a un vídeo que muestra el proceso de «rescate» y recuperación de los letreros, que entran en el centro de arte por primera vez. Invisible también muestra algunas de las tipografías de la diseñadora dando vida a un texto de Mariona Lladonosa y Pau Llop: descubrimos tipografías como Qandus Latin, que forma parte de una familia tipográfica creada de forma colaborativa para cubrir los sistemas de escritura árabe, tifinagh y latino; o Sisters, formada por cuatro estilos de letra sin minúsculas, que se complementan como lo hacen las hermanas. Otra de las intervenciones de Meseguer son las letras ABC creadas a partir de reinterpretar los rótulos de Lleida, una nueva expresión que representa una alianza entre lo viejo y lo nuevo.
Con este proyecto, Meseguer ha llevado un paso más allá su práctica habitual de pasear, mirar, fotografiar, documentar y coleccionar cartelería y tipografías urbanas antes de que desaparezcan en el proceso de transformación y homogeneización de las ciudades. «Que la tipografía entre en el espacio artístico es darle la relevancia que tiene y crear consciencia sobre su valor cultural, social, histórico y político», comenta Meseguer, quien detecta, visibiliza y hace comprensible el universo de la tipografía, además de conectarla magistralmente con otras prácticas culturales contemporáneas.
Invisible es su segunda exposición después de The beautiful people, que se presentó en el Blanc! Festival en el 2021 y daba a conocer el carácter relacional de la práctica de Meseguer, siempre abierta al intercambio de conocimientos y a la transmisión de la tipografía.
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