El término partisano se refiere principalmente a esos combatientes civiles, que organizados como guerrillas generalmente, se oponen a un ejército de ocupación. Con más frecuencia se les ha asociado a organizaciones clandestinas de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. Pero después de dicha guerra y en la época de otra guerra -la fría- surgieron movimientos sociales protagonizados también por civiles que buscaban otro tipo de batalla: la lucha de clases y la lucha cultural. Buscando un Estado del bienestar en el que el trabajador no fuera explotado y pudiera gozar de eso a lo que estamos acostumbrados y parece que siempre ha estado con nosotros, y que nos otra cosa que el ocio.
A principios de los años setenta se alimentó, prácticamente en todas partes, una ilusión nueva de proclamar revoluciones de carácter cultural, política y liberadoras, capaces de eludir el peligro del revisionismo y de los totalitarismos que en el este de Europa, habían enterrado para siempre toda esperanza revolucionaria. Se trataba de encontrar la emancipación y la felicidad de todo el pueblo, mediante los pensamientos políticos ocurridos en China a través de Mao, que al igual que su hermana mayor rusa, no habían sido capaces de lograr lo que se llegó a soñar en Francia en mayo del 68.
Dese la perspectiva francesa y sabiendo que en Francia han ocurrido y se han logrado múltiples logros revolucionarios a nivel social, la actriz, compositora, intérprete, traductora y militante política Dominique Grange (Lyon, 1940) junto al premiado y magnífico dibujante Jacques Tardi (Valence, 1946), elaboraron un cómic de un gran impacto, Elise y los nuevos partisanos (Salamandra Graphic).
Todo comienza en 1958, Elise, una joven cantante, se traslada de Lyon a París en busca de una oportunidad profesional, pero tras los movimientos de protesta de 1968 decide darle la espalda al mundo del espectáculo. Negándose a «volver a la normalidad», se une a los grupos de resistencia que siguen luchando contra la explotación, la injusticia social y el racismo. Un viaje atípico que se origina en la guerra de Argelia y concluye a finales de los años setenta. Elise y los nuevos partisanos está libremente basada en la vida y las experiencias de Grange, activista durante el mayo del 68 y más tarde militante maoísta en el partido Gauche prolétarienne.
Es una inmersión oscura y violenta en el corazón de la historia contemporánea. Un cómic que relata el recorrido militante de Elise, una joven que tiene la voluntad de cambiar el mundo a través de la revolución del pueblo junto a sus camaradas, que intentan que no decaiga ese espíritu del 60 de libertad cultural. A través de las pinceladas de Tardí, de gran carácter realista y en blanco y negro, muestra la sangrienta represión policial (se cree que murieron 200 personas) de la manifestación argelina del 17 de octubre de 1961 en París, con el racismo como telón de fondo.
Pero eso no es todo: palizas, encarcelamientos, obreros asesinados, explotación, desigualdad social, crisis de la vivienda… la sociedad francesa antes y después de Mayo del 68 está descrita con toda su crudeza, al igual que las luchas por cambiarla y, en el caso de Elise, los años pasados en la clandestinidad. Libertad autovigilada, privaciones, frustración pero una gran firmeza ideológica les permitía soportar esa especie de muerte social que era esa clandestinidad.
Los autores han descrito la efervescencia de esas décadas, denunciando desigualdades sociales, ritmos de trabajo infernales, crímenes racistas o brutalidades policiales. Un cómic que además no ha estado exento de polémica ya que fue cancelada la edición alemana a principios de año por unas palabras de Dominique sobre Israel en el epílogo: «solidaridad con la resistencia ejemplar del pueblo palestino desde hace más de setenta años frente a la ocupación y el apartheid israelíes». Una censura absurda y vergonzosa en palabras de la editorial francesa Éditions Delcourt.
Polémicas a parte una vez más, Tardi ha puesto su arte al servicio del compromiso político, como ya hizo en El grito del pueblo o La guerra de las trincheras, aunque en esta ocasión junto con Dominique, pretende reflejar un periodo mucho más reciente de nuestra historia a través de un relato histórico desde una perspectiva militante, y buscando humanizar esa lucha. Un cómic para seguir conociendo la Historia, y así poder explorar de donde venimos y a dónde vamos.
