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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Benicio, que te pierdes

Benicio, que te pierdes
Pablo Delgado el

Hay historias que los padres cuentan a los niños mediante un cuento o a través de la experiencia que han podido vivir a lo largo de su vida y quieren compartir con sus hijos. Hay historias que los propios niños leen y asimilan como suyas, creando así un universo interior que les ayudará a crecer de forma intelectual y seguro les hará mejores personas. Pero, en esas múltiples historias, están aquellas que pasan desapercibidas al lector o al oyente, ya que una vez se han terminado pasan al armario de los olvidos; y hay otras que pueden llegar a marcar una infancia o un camino aportando en el buen sentido unos valores y una moraleja positiva y que están continuamente saliendo del cajón de los recuerdos.

Iban Barrenetxea, tras una década dedicado al diseño gráfico, lleva desde 2010 realizando un magnífico trabajo con sus ya más de diez títulos publicados. Unos trabajos ilustrados en los que cuenta bellas historias dibujadas y siempre con una moraleja. En su último trabajo “Benicio y el Prodigioso Náufrago” (A buen paso) narra la pobreza de un humilde y joven pescador. Benicio, que es tan pobre que, en lugar de tener una caña para pescar, tiene un bastón de escoba del que cuelga un cordón de zapato y, en lugar de un anzuelo, tiene un clavo torcido. Sin embargo la vida de Benicio da un vuelco el día en el que, al salir a pescar como otro día cualquiera, atrapa un extraño pez, y de sus entrañas sale un Prodigioso Náufrago. Este le agradecerá el favor concediéndole tres deseos, ni uno más ni uno menos. Pero, ¿quién es el Náufrago? ¿Es un genio? ¿Un ángel? ¿El demonio? ¿Realmente quiere ayudar a Benicio? ¿Quién pone las reglas?

“El Náufrago se sacó el librito del bolsillo (…) El pescador jamás había visto una escritura como aquella. Cuanto más se acercaba al libro, más pequeña se hacía la letra. No solo eso; en lugar de quedarse quietas, las palabras correteaban por la página como si fuesen insectos. Hubo un momento en el que a Benicio le dio la impresión de que una de las letras se detenía, le miraba y le saludaba con una de su patitas antes de seguir corriendo por la página” (…).

Barrenetxea traza una historia con una prosa poética y singular acompañada con sus grandiosas ilustraciones cargadas de una elegancia estética y visual sin igual, y con su peculiar estilo en el que mezcla el realismo magistral con lo caricaturesco de unos personajes sonrosados  y algo desgarbados. Ayudan a mostrar los dibujos cómo el personaje central Benicio, pasa de ser un ingenioso planificador a un fracasado por culpa de ese deseo humano y desordenado de adquirir o poseer más de lo que uno necesita. Un grado de alteración mental que está relacionado con su incapacidad de controlar la reformulación de sus “deseos” en el momento en que sus “necesidades” (por la pobreza) son eliminadas por el Prodigio Náufrago.

En definitiva, “Benicio y el Prodigioso Náufrago” es una historia magnífica para ser contada o leída en estas fechas que nos invitan a todos al recogimiento en torno a una buena cena, y que una vez terminada nos reunamos frente al fuego de la chimenea y hacer de este texto y ese momento, las delicias de los más jóvenes y no tan jóvenes que seguro disfrutarán como los que más. Por su estructura narrativa compuesta de forma eficiente y enérgica, en donde el misterio por ver cómo termina Benicio traerá en vilo al lector u oyente.

Una historia para un lector adulto amante de las buenos relatos cortos, de corte mágico e irónico, que me atrevo a calificar desde mi humilde opinión que está a la altura del mismísimo Roald Dahl. Creo que en España podemos empezar a decir que tenemos nuestro Dahl actual, Iban Barrenetxea y además más completo porque dibuja y complementa esa historia que una vez leída recalará -estoy seguro- en el gran cajón de los recuerdos.

“Benicio y el Prodigioso Náufrago” // A buen paso // Iban Barrenetxea // 17 euros // 2016

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