Ángel González Abad el 11 may, 2014 En medio del naufragio de la casta Alabaserrada de los toros de Escolar y mientras Robleño, Pérez Mota y Miguel Ángel Delago andaban también sin encontrar el camino de la casta torera, un subalterno, Ángel Otero, hizo lo más torero el domingo en la tercera de la Feria de San Isidro. Fueron dos pares de banderillas plenos de torería, con la naturalidad como eje en la forma de citar, en el ir al toro, en cuadrar en la cara y en salir andando. El primero, sensacional; el otro superior aún. Una lección de buen torear, que eso es lo que hizo Otero cn los palos ante el cuarto de la tarde. Sin el mínimo aspaviento, sin carreras ni pasos militares a velocidad de legionario, sin saltos circenses y sin sprint alguno Dos pares de banderillas, dos grandes pares de banderillas, que recordaron que el toreo es, sobre todo, naturalidadd, despaciosidad, temple. Toros Tags Angel OteroEscolarMadridSan Isidrotoros Comentarios Ángel González Abad el 11 may, 2014