Imagino que el baile de corrales que está precediendo en este San Isidro a cada corrida en la que se anuncian las figuras no tiene nada que ver con el paso de la Fiesta al Ministerio de Cultura. Imagino, pues en los líos de este ciclo siempre están presentes los del grupo especial. Seguro que en las conversaciones que han tenido este invierno con Cultura ya avisaron a los altos funcionarios del Ministerior, incluida la señora ministra, que su responsabilidad a la hora de acudir a las grandes ferias -y a las pequeñas más, por supuesto- no se mide por las divisas a lidiar ni por la cantidad de toros que tienen que examinar los veterinarios para elegir seis adecuados a cada plaza. ¡Qué ordinariez andar midiendo la seriedad y la integridad de los toros cuando la Fiesta es Cultura!
Pues o asumen su responsabilidad o esto no huele nada bien. Corridas rechazadas y lío de corrales ante los festejos de mayor expectación no es el mejor camino para ofrecer la verdad de una Fiesta única, para ofrecer un espectáculo que debe basarse en lo extraordinario. Jugar a ver qué pasa nos lleva a tardes como la de ayer, que comenzó mal hace unos días en el reconocimiento previo de los toros y acabó peor. Y si esto está pasando en Madrid…
Toros