La prohibicin de las corridas de toros en Catalua ya ha tenido la primera consecuencia poltica. Los aficionados han dicho con quien estn. De lo ocurrido en la Monumental durante la Feria de la Merc, bautizada como de la Libertad para esta ocasin, hay una lectura taurina y otra poltica, y las dos llegan a confluir pues al fin y al cabo, la explosin del toreo trasladada a las calles de Barcelona no puede dejar indiferente a nadie.El sbado, a Morante se lo llevaron en volandas durante una hora atravesando plazas y calles hasta su hotel por una manifestacin espontnea clamando libertad. El domingo se repiti la historia con el diestro cataln Serafn Marn, pero en esta ocasin los aficionados no dudaron en izar en hombros tambin a Albert Rivera y a Rafael Luna. La imagen es tan impactante como significativa, ya que el da anterior el diputado socialista David Prez fue abucheado por el pblico que le conminaba a que abandonara la plaza y solo gracias al quite que le hizo el bueno de Luis Corrales la cosa no acab en algo serio.El pueblo es soberano y en esto de los toros, los miles de ciudadanos que acudieron al coso de la Ciudad Condal, ya han dado su veredicto. De forma clara, contundente. Han repudiado a quienes consideran que les han engaado en todo este turbulento proceso que ha llevado a la abolicin ?el PSC?, y han reconocido a los que han luchado por mantener, no ya la Fiesta, sino la libertad de poder dar rienda suelta a una aficin ?Ciutadans y PP?.Las excelentes crnicas de Rosario Prez han reflejado con pasin lo ocurrido el fin de semana en Barcelona, ahora queda el anlisis sobre lo que puede pasar en adelante. Al final, el atentado perpetrado en el Parlament contra una tradicin y contra parte de la propia historia de Catalua, no puede salirle gratis a quienes nicamente pensaban en que prohibir los toros iba a tener una rentabilidad poltica. Ahora alguno seguro que se est lamentando, comenzando por el Honorable Montilla. Esa bronca a su diputado Prez demuestra que el pueblo no soporta mentiras. Si algo puede caracterizar esta Feria de la Merc es que no ha existido el aluvin de aficionados del resto de Espaa, as que hasta la plaza de la calle Marina pudieron acudir entre veinte y veinticinco mil personas, la mayor parte catalanes y todos tremendamente indignados por la decisin del Parlament. Slo hace falta hacer cuentas y extender ese enfado, especialmente contra los socialistas catalanes, entre amigos y familiares de todos esos aficionados. El roto ante la inminente cita electoral puede ser importante. El primer aviso ya est dado, y en trminos taurinos podemos comparar el triunfo de Albert Rivera y Rafael Luna con los pitos que recogi David Prez por su engaosa faena. Palmas y pitos, sol y sombra. La Fiesta.