Carmen de Carlos el 04 dic, 2009 Néstor Kirchner descubre la democracia- Buenos Aires. Carmen de Carlos- Ayer, en un clima a caballo entre la comedia y la tragedia, el ex presidente Néstor Kirchner tomó posesión de su escaño de diputado. Su estreno en el Congreso vino acompañado de una doble derrota: el oficialismo perdió la mayoría en la Cámara y sus intentos de boicotear la sesión fueron nulos. El día después de las elecciones del 28 de junio fue ayer. La observación de Joaquín Morales Solá, columnista del diario La Nación, refleja con precisión el actual escenario argentino. Cinco meses después de que las urnas favorecieran a la oposición parece que, -a la fuerza ahorcan-, se acepta el resultado. Durante este tiempo el Gobierno y el marido de la Presidente han seguido funcionando y legislando como si tuvieran la sartén del poder por el mango y el mango también. Impusieron leyes de enorme trascendencia como la de medios de comunicación o la reforma del sistema electoral. El matrimonio, una versión desfasada y surrealista de Isabel y Fernando tanto monta, monta tanto-, extendió la vigencia de la llamada ley de emergencia económica, que rige desde el crack del 2002. Lo hicieron pese a que Argentina creció los últimos seis años una media de ocho puntos. Ayer Néstor Kirchner fue al Congreso, se atrincheró en un despacho y ordenó a sus legisladores hacer pasillo. Creyeron que sin ellos, a esa hora todavía con mayoría, no se podía abrir la sesión ni reemplazar a los viejos diputados por los nuevos electos en junio. El desconocimiento del reglamento y los reflejos de la peronista Graciela Camaño, diputada disidente del oficialismo, obligaron al ex presidente a bajar al recinto y dar la cara ya que, con él o sin él la sesión estaba en marcha. Kirchner tuvo que volver sobre sus propios pasos y, con la cabeza gacha, estar en donde no debía haberse movido. Había roto la palabra en las negociaciones de la mañana entre oficialismo y oposición por fin unidos aunque sea ante el espanto- para repartir las comisiones parlamentarias y ahora no le quedaba otra opción que ceder. Al final del día, o más bien de la noche, el Gobierno encajó el último golpe: Perdió la mayoría en todas las comisiones que es donde se corta el balao de verdad. La oposición, generosa, le respetó la titularidad de algunas y de la Cámara. Mientras tanto los piqueteros pagados por el Gobierno se agolpaban en las afueras del Congreso con bombos y porras, las tribunas alojaban a la madre y a la hermana de Cristina Fernández de Kirchner y al resto de “la barra” K. También a los sindicalistas amigos de la Casa Rosada convencidos de que su victoria, aunque tarde, llegaría. No fue así. Por eso, lo de ayer, quizás, significa que hay mañana. Política Tags cama ocongresoderrotaeleccionesgracielalegislativas Comentarios Carmen de Carlos el 04 dic, 2009