Carmen de Carlos el 30 mar, 2012 En las islas Malvinas viven un millón de pingüinos, seiscientas mil ovejas, tres mil ciento cuarenta personas y entre mil quinientos y dos mil soldados británicos. La renta per capita de los malvinenses o “kelpers”, como les llaman los argentinos es de 25.000 dólares, la más alta de América Latina y la cuarta del mundo. Hasta hace unos años la economía estaba basada en la pesca pero el hallazgo de hidrocarburos en la plataforma marítima ha despertado enormes expectativas. Con estos referentes, hoy no se entendería la frase de Jorge Luis Borges cuando definió la guerra como, “la pelea de dos calvos por un peine”. Los argentinos, en rigor, ejercieron su soberanía sobre las Malvinas entre 1820 y 1833. En total fueron trece años mientras que los británicos llevan 179. Los primeros pobladores, “fueron franceses que atracaron en sus costas bajo el mando de Louis Antoine de Bougainville en 1764”, recuerda Natasha Niebiskiekwiat, autora del libro “Lágrimas de hielo” , un relato pormenorizado de los abusos de los mandos a los soldados argentinos durante la guerra. La presencia francesa fue considerada una invasión por España que consideraba el archipiélago una posesión de ultramar. Para Argentina las islas son una prolongación suya, incluye los 12.173 kilómetros cuadrados dentro de su territorio. En concreto, los atribuye a la provincia de Tierra del Fuego. También plasma en su bandera la silueta de las dos principales: Soledad (6.353 km) y Gran Malvina (4.377 km) junto con otras. La capital, históricamente, se conocía como Puerto Stanley pero fue el General Leopoldo Fortunato Galtieri quien le cambió el nombre por el de Puerto Argentino. La “gesta” como bautizó la dictadura militar (1976-83) a la guerra supuso el principio del fin del régimen militar. Tras la derrota apenas aguantó en el poder quince meses. La desinformación en el continente durante el conflicto bélico que duró 74 días, se explica por la censura y la ceguera nacionalista. Galtieri, muy suelto de cuerpo, posiblemente por su afición al Johnny Walker etiqueta negra, pasó a la historia por su fanfarronería. “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, gritó desafiante desde el balcón de la Casa Rosada después del desembarco del 2 de abril. “¡Que venga el principito!” fue otra de las frases de una de sus arengas cuando se supo que el Príncipe Andrés había embarcado rumbo al Atlántico sur. El resultado del conflicto es historia pero a día de hoy y con el fervor desatado por el 30 aniversario de la guerra, la coletilla común en la calle se repite, “Las Malvinas son y serán argentinas”. <iframe width=”420″ height=”315″ src=”http://www.youtube.com/embed/VVoA_2ovj1c” frameborder=”0″ allowfullscreen></iframe> Desde el balcón de la Casa Rosada. “…Les presentaremos batalla” Fervor popular y periodístico. Duraría poco. Después del desembarco. La historia según Galtieri. Política Tags galtieriguerramalvinaspinguinos Comentarios Carmen de Carlos el 30 mar, 2012