Esta mañana los accesos a Buenos Aires fueron cortándose en cuenta gotas. Uno tras otro quedaban interceptados por grupos de trabajadores, piqueteros críticos con el Gobierno y sindicalistas no afines al oficialismo. La protesta, que amenazaba con aislar la capital argentina, era consecuencia de la detención de Gerónimo “Momo” Venegas, un jefe del sindicato rural (UATRE) y secretario general de las 68 organizaciones peronistas.
El cuestionado juez federal, Norberto Oyarbide, ordenó ayer su arresto por asociación ilícita en un caso de tráfico y estafa de medicinas. El magistrado lo hizo sin tomar previamente declaración a este peso pesado del sindicalismo identificado con Eduardo Duhalde, ex presidente que apadrinó a los Kirchner, y actual candidato a las elecciones además de objetivo declarado del oficialismo.
La causa judicial apesta por los cuatro costados. Sólo un detalle produce espanto: Pacientes de cáncer y de sida estuvieron recibiendo tratamientos inocuos o fármacos vencidos mientras los mafiosos de turno los cobraban como genuinos y se llenaban los bolsillos. El asunto no es nuevo, un ramillete de sindicalistas K, ex colaboradores de la Presidenta y hasta su recaudador de campaña del 2007 están procesados en una trama donde las drogas y la financiación ilícita se atraviesan.
Es posible que el “Momo” sea un sinvergüenza. También que se trate de un hombre inocente que sirve de excusa del Gobierno para castigar a Duhalde. El juez Oyarbide, casualmente, no encontró indicios de enriquecimiento ilícito en la escandalosa fortuna amasada por el matrimonio Kircher desde el 2003 y, hasta ahora, no ha metido entre rejas a nadie del círculo del poder. La legisladora Claudia Rucci, hija de un sindicalista histórico asesinado por la guerrilla montonera en los años 70, resumió las decisiones del magistrado, con otras palabras: “Procesa al Gobierno nacional pero mete preso a la oposición”.
De momento, se han suspendido los cortes de carreteras pero en distintos puntos de Argentina, no sólo en Buenos Aires, se organizan movilizaciones populares y manifestaciones que reclaman la libertad del “Momo”. Sospecho que si a lo largo del día ésta no se produce, el efecto boomerang de su detención va a acertar directo en la diana de Cristina Fernández de Kirchner. Veremos.
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