El Banco de España ha echado un jarro de agua frÃa al Gobierno de Mariano Rajoy que trata de convencer a los ciudadanos de las cosas están empezando a ir un poquito mejor. Los previsiones del supervisor son desoladoras. La economÃa caerá este año un 1,5%, más incluso que en 2012; se destruirá empleo esta año y el próximo; no se cumplirán los objetivos de reducción del déficit y lo único un poco positivo es algo que los ciudadanos no detectamos: que la economÃa no necesitará dinero del exterior para financiar la actividad del ejercicio, se valdrá por sà misma e incluso tendrá superávit.
Si estas cifras dan muestras de algo es de la independencia del Banco de España, que no actúa al dictado del Ejecutivo, como sà lo hizo en otras épocas. De hecho estas previsiones condicionarán, y mucho, las que tendrá que hacer dentro de unos dÃas el propio Ministerio de EconomÃa. Está claro que el Gobierno tendrá que corregir a la baja sus anteriores y optimistas estimaciones, que preveÃan una caÃda del PIB de medio punto en este ejercicio. Pero me consta que los planes del Ejecutivo pasan, o al menos pasaban, por elevar esta caÃda al entorno del 1%, no mucho más allá. Ahora si el Departamento de Luis de Guindos incluye esa cifra en las previsiones que enviará a Bruselas a finales de abril será acusado de ser demasiado optimista, de estar engañando a los ciudadanos, y un largo etcétera. En todo caso, unas y otras no dejan de ser más que previsiones.
Hace solo unos dÃas conocÃamos unas estimaciones mucho más optimistas, las del Consejo de la Competitividad, en el que participan las grandes empresas del paÃs, y que preside César Alierta. “Solo nos quedan unos meses de contracción económica”, nos dijeron. “La economÃa española se empezará a recuperar antes de lo que se cree”, apuntaba el presidente de Telefónica en la presentación del informe elaborado por este Consejo que habla de las fortalezas y las oportunidades que hay en este gran paÃs que es España.
Y yo me pregunto, ¿quién llevará razón? y sobre todo, ¿en qué medida unas previsiones más o menos optimistas pueden condicionar la evolución de la economÃa? Habrá quien dirá que las grandes empresas y el Gobierno tienen interés en generar optimismo, porque el desánimo se traduce en menor consumo y puede acentuar incluso la recesión. ¿Y eso es malo? Sinceramente, no lo creo. Pero también habrá quien defienda que con esas previsiones optimistas se está engañando a los ciudadanos y si luego no se cumplen, se genera incluso más incertidumbre. Hay que ser realistas, dicen algunos e imagino que esa es la posición que ha llevado a los técnicos del Banco de España a hacer estas estimaciones.
Y al hilo de este debate, también me pregunto en qué medida los periodistas y los medios de comunicación, no solo haciéndonos eco sino amplificando cada dÃa las malas noticias, no somos también responsables del desánimo colectivo y su impacto en la propia evolución económica.
Después de cinco años de crisis todavÃa no tengo la respuesta a esta pregunta. Pero me inclino a que, como en casi todo en la vida, en el término medio está la solución. Hay que informar, pero sin exagerar ni dramatizar, y también de las cosas buenas. Quizás asà entre todos podamos sacar a este paÃs nuestro adelante.
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