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Otra vez la prima

Yolanda Gómez el

La prima de riesgo ha vuelto a convertirse, por desgracia, en noticia de primera plana en todos los diarios económicos del mundo y hace también sus pinitos en los medios generalistas. Pero quizás muchos ciudadanos se pregunten qué es eso de la prima, por qué preocupa tanto a los inversores y a los gobiernos de turno, por qué ha vuelto a dispararse en los países más débiles de Europa, los que el diario británico bautizó como PIGS (las siglas de Portugal, Irlanda, Grecia y España) y que ahora hemos bautizado como “periféricos” y, sobre todo, cómo me afecta a mí, ciudadano de a pie, que suba o baje esta prima.

Intentaré, dentro de mis limitaciones, tratar de arrojar algo de luz sobre estas preguntas. Entendemos por prima de riesgo el interés extra que los inversores exigen por comprar un activo, en este caso títulos de deuda, menos seguro que otros, o sobre el que tienen dudas de si van a recuperar todo lo invertido. Siempre se toma como referencia lo que el mercado entiende como títulos más seguros, en este caso los bonos alemanes a diez años. Así, si en estos momentos, estos títulos de deuda emitida por Estado alemán a diez años cotizan en el mercado en el entorno del 2,40%. La prima de riesgo, que también conocemos como diferencial, es la diferencia entre esta cotización y la de los títulos de otros Estados. Los bonos emitidos por el Tesoro español a este mismo plazo, diez años, cotizaban esta mañana al 4,56%. El diferencial, por tanto, es lo que el Estado español tiene que pagar más por su deuda que el alemán y se puede medir en puntos básicos, o en porcentaje. En este caso, la prima de riesgo sería de 216 puntos básicos, o de 2,16 puntos porcentuales.

Y si en el caso español el diferencial es de 216 puntos, el de Portugal se acerca ya a los 500 puntos, el de Irlanda ha superado los 600 y el de Grecia está por encima de los 800 puntos.

¿Y por qué se dispara? Porque los inversores no se fían y tienen dudas de que vayan a recuperar el dinero invertido o al menos una parte del mismo. Estas dudas se han incrementado en las últimas semanas, sobre por la incertidumbre generada por la propia Unión Europea, y en concreto por Francia y Alemania, que quieren que los inversores, los tenedores de títulos, asuman parte de las pérdidas en caso de que la UE tenga que acudir al rescate de determinados países. Además, las debilidades de Irlanda, que ha tenido que rescatar a sus bancos generando un déficit público son cada vez más patentes.

¿Y por qué España? A nuestro país le cuesta mucho quitarse el sambenito de periférico, o de PIGS, y aunque en principio el riesgo de quiebra en España es mucho más lejano que en Grecia, Irlanda o Portugal, el hecho de que el déficit público se haya disparado en nuestro país en muy poco tiempo y a niveles muy altos, hace que los inversores tengan dudas sobre nosotros. El plan de ajuste puesto en marcha por el Gobierno a mediados de año y las reformas emprendidas y anunciadas permitió calmar a los mercados durante unos meses, pero cada vez nos cuesta más quedarnos al margen.

¿Y por qué es tan preocupante para los gobiernos y para los ciudadanos? Porque si sube la prima de riesgo, también sube el coste de emitir deuda y las posibilidades de encontrar financiación en los mercados. Si tenemos en cuenta que España, en su conjunto, no solo las administraciones públicas, es uno de los países más endeudados del mundo, el lograr financiación y a precios razonables es muy importante. Los Presupuestos de 2011 ya prevén 27.000 millones para pagar intereses de la deuda. Cuánto más dinero tengan que destinar los gobiernos a pagar deuda menos habrá para otras partidas.

¿Y cómo le afecta al ciudadano de a pie? Una de sus principales consecuencias ya la estamos viendo. Si hay que destinar más dinero a la deuda, habrá menos para gastos sociales, habrá que bajar el sueldo a los funcionarios, como se ha hecho, congelar pensiones, como se ha hecho, invertir menos en infraestructuras, y un largo etcétera. Pero además, si la partida de la deuda se encarece es probable que el Gobierno tenga que subir impuestos.

Y otra consecuencia es la de los créditos. Si el riesgo España crece, y el Tesoro no puede financiarse en el exterior, los bancos tampoco, con lo que recortarán, todavía más el grifo del crédito. Y además aviso a navegantes. Con la prima de riesgo en estos niveles el Gobierno no podrá desviarse ni un ápice de sus objetivos de reducción del déficit y de las reformas propuestas, por duras que parezcan. 

 

Economía
Yolanda Gómez el

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