“La estabilidad presupuestaria es un valor de la izquierda, porque preocuparse de las generaciones futuras, no pasar las deudas, es de izquierdas”. Esta es la respuesta que Miguel Sebastián, actual ministro de Industria, me daba en una entrevista que le hice en febrero de 2004, en vísperas de las elecciones que ganó Rodríguez Zapatero, y en la que desgranaba el programa electoral con el que los socialistas se presentaron a los comicios, y cuya parte económica, él se había encargado de elaborar.
En esta entrevista, que hoy he vuelto a repasar al buscar documentación sobre los compromisos de Zapatero con el control del gasto público, Sebastián reconocía al PP el mérito de haber hecho de la estabilidad presupuestaria su bandera. Pero él ponía el ejemplo de otros gobiernos del mundo para apoyar su argumentación de que la estabilidad presupuestaria es de izquierdas y no de derechas y aseguraba que en Estados Unidos había sido Clinton quien había controlado el déficit y Bush quien lo había estropeado, y que en el Reino Unido había sido Blair quien había logrado la estabilidad. Por tanto, concluía no son los gobiernos de derechas los que sanean las cuentas. Y yo no sé si es de derechas o de izquierdas la estabilidad, pero si sé – y más de veinte años escribiendo de esto me lo han demostrado- que la moderación en el gasto es a medio y largo plazo mucho más positiva para los ciudadanos y para la economía que los excesos, ni siquiera en época de crisis.
Han pasado casi seis años desde aquella entrevista. No sé si Miguel Sebastián sigue pensando lo mismo que entonces, pero sí se que su gobierno, el socialista, el de Rodríguez Zapatero, no ha actuado conforme a estas premisas y que ahora nos va a costar sudor y lágrimas -ya nos está costando- recuperar esa ansiada estabilidad presupuestaria. Los datos de la Intervención General del Estado lo demuestran. En 2009 el peso del sector público en la economía se situó en el 46% del PIB, el mismo nivel que en 1996, cuando Felipe González dejó La Moncloa, después de avanzar casi siete puntos en solo dos años. Y no todo se explica por la crisis. Las medidas preelectorales que con tanto desparpajo aprobó Zapatero -400 euros, cheque bebé, renta de emancipación…- y las medidas anticrisis que ahora nos parecen tan inútiles, como los más de 13.000 millones que entre 2009 y 2010 se han destinados a arreglar las aceras de todos los pueblos de España, nos están saliendo muy caras.
Y lo malo es que ya no sé si por convicción o por obligación -Europa y los mercados nos vigilan y no nos van a dejar desviarnos ni un ápice de nuestros compromisos de reducción del déficit- en los próximos meses, y yo diría que hasta años, las administraciones públicas no van a tener más remedio que apretarse el cinturón . Y teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones, primero autonómicas y locales y luego generales, reconozco que tengo curiosidad por ver cómo lo hacen.
EconomÃa Yolanda Gómezel