España necesita rebajar el interés que paga por su deuda sea como sea. No es de recibo que los sacrificios y esfuerzos que el Gobierno pide a los ciudadanos en forma de mayores impuestos, recortes salariales de funcionarios, mayores pagos por los medicamentos y un largo etcétera… se tengan que destinar casi exclusivamente a pagar esa prima de riesgo creciente que nos están exigiendo los mercados.
Solo en 2013 los intereses de la deuda se llevarán 9.000 millones más que este año. En total, el próximo año el Estado destinará cerca de 40.000 millones a hacer frente a esa deuda financiera, un tercio del presupuesto total. Tampoco es de recibo que mientras España e Italia pagan cada vez más cara esa financiación, otros socios del mismo club del euro, como Alemania, se beneficien de esta tensión y se estén ahorrando miles de millones de euros -60.000 millones desde que comenzó la crisis, según la prensa alemana- en pagos de intereses. Algo no funciona en Europa. La situación es insostenible y Draghi lo sabe. Lo reconoció el jueves en su rueda de prensa. Y aseguró que el BCE tomará medidas. Pero no dijo cuándo y además condicionó la ayuda a una petición previa de los gobiernos que la necesiten.
La primera reacción de los inversores a la comparecencia del presidente del BCE fue huir de las bolsas española e italiana y deshacer posiciones en la deuda. Esperaban una actuación inmediata del Banco Central Europeo y castigaron que no fuera así. Pero tanto el día siguiente, como en lo que va de semana, se sigue produciendo un festín alcista en los mercados. El Ibex ha subido más de un 10% en todos sesiones. ¿Qué esperan los inversores?
Descuentan que la ayuda llegará más antes que después y que el BCE intervendrá para relajar esas primas de riesgo. Solo falta por saber el cuándo, el cuánto y el cómo.
Para poner en marcha la ayuda el Gobierno español tiene que pedir primero que intervengan los fondos de rescate europeos. Y probablemente lo hará. Pero no a cualquier precio. El viernes Rajoy devolvía la pelota al tejado del señor Draghi. Estudiaremos las medidas y las condiciones que exige el BCE y haremos lo que más convenga a los españoles, vino a decir el presidente. Y el ministro de Economía, Luis De Guindos, señalaba en una entrevista a ABC que “tenemos tiempo para esperar a que se despejen los detalles de la ayuda” Sin duda el Gobierno trata de ganar tiempo y de que las condiciones se limiten a un compromiso firme de que España cumplirá el objetivo de déficit y de que tomaremos medidas si hay desviaciones. Y hace bien de esperar. El Gobierno está escaldado con la ayuda a la banca. Tantas prisas para pedirla y todavía no hemos visto ni un euro. Podemos aguantar hasta octubre, cuando nos vencen casi 30.000 millones de deuda, no más.
Economía Yolanda Gómezel