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Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

Kim Jiyoung, nacida en 1982

Emilio de Miguel Calabiael

Kim Jiyoung, nacida en 1982” es la novela feminista de la escritora surcoreana Cho Nam-joo, escrita en 2016. Desde su publicación se ha convertido en un gran éxito editorial y ha vendido más de un millón ejemplares. Al hablar de la novela, hay que distinguir dos aspectos: su carácter panfletario y su valor literario.

Comenzaré con algunos datos sobre las mujeres coreanas. Son de ahora mismo, más de seis años después del libro de Cho Nam-joo y después de una mejora gradual de la situación de la mujer. En 2022 nacieron 104.7 hombres por cada 100 mujeres; en 2000 la proporción fue de 110.1 por cada 100. En ausencia de abortos selectivos, la proporción natural es de 101 varones por cada 100 hembras en la especie humana. La leve discrepancia es una manera natural de compensar la mayor mortandad de los varones en el nacimiento y primeros años de vida. En Corea la tradición confuciana hace que se prefiera tener un varón. Esto no suele afectar tanto al primer nacimiento (“vaya, ha sido niña, ¡qué le vamos a hacer! Ya vendrá luego el varón”). Con el segundo, uno no quiere correr peligros, especialmente si el primero fue niña. Si viene otra niña en camino, se aborta para hacer sitio al varón que se espera que venga luego. No obstante, esta actitud ha comenzado a cambiar un tanto, al constatar que las mujeres cuidan mejor de sus padres ancianos.

La edad media para contraer matrimonio ha pasado de 24,78 en 1990 a 31,26 en la actualidad, siendo la edad media de los hombres unos dos años mayor. Aquí más que una cuestión de género se trata de una cuestión de funcionamiento de las sociedades desarrolladas, en las que el matrimonio se retrasa por la necesidad de dedicar más años a la formación y las dificultades para emanciparse económicamente y encontrar vivienda.

Pasando al terreno puramente económico, la situación, aunque ha mejorado en los últimos años, sigue siendo bastante desfavorable. La participación de las mujeres en el mundo laboral,- más notoria en el sector servicios-, es del 60%; un incremento notable desde el 49% de 1990, pero cinco puntos porcentuales del promedio de la OCDE. La brecha salarial es del 31%, la mayor de la OCDE. Las mujeres ocupan el 21% de los puestos de gestión y el 5% de los puestos ejecutivos. En el Legislativo el 19% de los escaños está ocupado por mujeres. El 71,3% de las mujeres cursan estudios superiores, cinco puntos porcentuales más que los varones; la mayor proporción de mujeres en la educación superior es una constante desde 2006.

Desde el gobierno se han promovido políticas para facilitar la conciliación y aliviar a las mujeres en la crianza de los hijos. Uno de los objetivos es que las mujeres no se vean obligadas a abandonar sus carreras cuando se quedan embarazadas. No es sólo preocupación por la igualdad. También entra en la ecuación que Corea tiene la tasa de natalidad más baja del mundo (0,78), que no ha parado de disminuir desde 1958.

Los panfletos y las novelas deben juzgarse por criterios distintos. Un panfleto es tanto mejor, cuanto más impacto tenga. Desde este punto de vista la novela de Cho Nam-joo ha sido un éxito rotundo. Ya mencioné que ha vendido un millón de ejemplares solo en Corea. Sus temas les han resonado a muchas mujeres y a algunos hombres; he leído gran número de comentarios elogiosos de la novela por parte de mujeres, alguna de las cuales señala que leerla fue como recibir un puñetazo. Se ha traducido a 10 idiomas y durante los cinco últimos años fue la novela coreana más comprada en el extranjero. En 2019 se llevó a la gran pantalla y en un año alcanzó 3.500.000 espectadores en Corea.

Siempre he defendido que hay un equilibrio entre panfleto y novela. Cuando más fuerte sea el carácter panfletario, menor será el carácter literario del texto. Uno no puede defender una tesis y simultáneamente hacer buena literatura.

Lo primero que se puede observar es el carácter plano de los personajes. Kim Jiyoung es una mujer sumisa, que acepta la educación que le dieron y a la que le están sucediendo cosas todo el rato que muestran lo injusta que es la sociedad coreana con las mujeres. Sus contrapuntos son su hermana mayor, Kim Euyeong, más rebelde y más dispuesta a hacer su vida, hasta el punto de que no está segura de que quiera tener hijos, una muestra extrema de rebeldía en una sociedad confuciana, y Kim Eunsil, una jefa en su empresa, endurecida y veterana, que será su mentora. Otro personaje importante es la madre. Educada a lo tradicional, tuvo que renunciar a su sueño de ser maestra y soportar que su suegra viviese con ellos. Otra renuncia, más dolorosa, fue la de abortar al tercer hijo que esperaba, porque iba a ser otra niña y, si la tenía, adiós a tener el anhelado varón. La madre es una figura ambigua. Por un lado ha educado a sus hijas para que sean buenas esposas confucianas, mientras que a su hijo le ha mimado y consentido; por otro, se advierte el secreto anhelo de que sus hijas no sigan sus pasos y se rebelen de la manera que ella no supo hacer.

Una cosa importante en las novelas de tesis es presentar las cosas en blanco y negro, sin tonos de gris. Presentar la realidad como es, confusa y caótica, detraería la fuerza de la tesis que se defiende. En la novela todos los personajes masculinos son negativos, a veces hasta unos extremos repugnantes. Un ejemplo está en la anécdota de la cámara que un joven guardia de seguridad coloca en el baño de mujeres y cuyas imágenes difunde por internet. Uno de los empleados de la empresa las descubre en una página porno y su reacción es compartirlas con sus compañeros. Finalmente el pastel se descubre porque una empleada está teniendo una relación ilícita con otro de los empleados y éste le pide que utilice los baños de otra planta y acaba teniendo que decirle el motivo. El caso es denunciado a la policía. Los empleados varones atacan a las mujeres y les acusan de que son demasiado duras con ellos: “Dicen que ni pusieron las cámaras, ni tomaron las fotos, sólo vieron algunas fotos colgadas en una página web a la que todo el mundo tiene acceso y nosotras les estamos tratando como a delincuentes sexuales. Distribuyeron las fotos y fueron cómplices en el delito, pero no entienden por qué eso está mal.” El director se negó a presentar sus excusas, a prometer que tomaría medidas para evitar que un suceso similar se repitiese y a castigar a los culpables. Sus argumentos: proteger la reputación de la empresa y porque “los empleados varones acusados también tienen familias y padres a los que proteger.”

La novela funciona por adición. Su estructura narrativa consiste en la adición de más y más hechos que ponen de manifiesto la situación deplorable de Kim Jiyoung por el mero hecho de ser mujer. Lo que le sucede a ella es lo que sucede día tras día a las mujeres coreanas. Hay momentos en los que la novela roza el informe sociológico. Llama la atención cómo en ocasiones hay notas a pie de pagina que reenvían a noticias de prensa o a informes gubernamentales. Por ejemplo, la nota a pie de página número 14 reenvía a un artículo de The Economist de marzo de 2016, que lleva el sugestivo título de “Los mejores y peores sitios para ser una mujer profesional”. Sospecho que Corea no se encuentra en lo alto de la lista.

En resumen, para leerla y disfrutarla es preciso hacerlo con espíritu sociológico, más que literario.

 

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