Emilio de Miguel Calabia el 11 feb, 2020 El 9 de diciembre el Primer Ministro In Tam presentó su dimisión y fue sustituido por el Ministro de AAEE Long Boret. Son Sann, un ex-Primer Ministro de tendencia neutralista que estaba intentando dialogar con los comunistas por su cuenta y riesgo, sugirió públicamente el 9 de enero que Lon Nol dimitiese y saliese del país. Lo que consiguió fue azuzar el descontento estudiantil y que el 30 de enero el gobierno proclamase el estado de emergencia dándole otra vuelta de tuerca a las libertades civiles. A finales de marzo Lon Nol disolvió el Alto Consejo Político y lo reemplazó por el Consejo Ejecutivo para Camboya. Las diferencias entre ambos cuerpos fueron que en el segundo el General Fernandez reemplazó a Cheng Heng y que éste se vio privado de los poderes legislativos, ya que Lon Nol había decidido restablecer el Parlamento. Mientras los políticos de la República se entretenían con esos juegos maniobreros tan divertidos, los khmeres rojos se habían fijado como objetivo para 1974 la ocupación de Phnom Penh. A finales de diciembre retomaron el bombardeo de Phnom Penh y en enero iniciaron los ataques frontales. Sin embargo, después de un mes de intentos infructuosos, se dieron cuenta de que Phnom Penh era un hueso demasiado duro de roer y en marzo cambiaron de táctica: atacarían las líneas de aprovisionamiento de Phnom Penh, mientras mantenían la presión sobre la ciudad y las restantes capitales provinciales. Inesperadamente, las fuerzas gubernamentales resultaron ser más coriáceas de lo esperado y su logística superior a la de los comunistas. En abril Lon Nos intentó mejorar la situación económica vía decretos, que es tanto como pensar que una recesión mutará en algo menos doloroso si la denominas desaceleración. La inflación era del 40% y el riel se había depreciado hasta los 420 por dólar, cuando en 1973 había estado a 220. El gobierno decretó que se reduciría el gasto público, aumentarían los ingresos y que se incentivaría a las pequeñas empresas. Y ya puestos a legislar, el 14 de mayo el Parlamento promulgó la Ley sobre la Nación en Peligro, que suspendía una serie de derechos por seis meses. Los estudiantes estaban cada vez más soliviantados y lo peor de todo es que la propaganda comunista había empezado a hacer mella en ellos. Los más ingenuos incluso pensaban que la vida bajo los khmeres rojos era una especie de utopía socialista, mucho mejor que la vida de mierda que llevaban en Phnom Penh. El 5 de junio un grupo de estudiantes secuestró al Ministro de Educación y a su segundo para pedir la liberación de los estudiantes que habían sido detenidos en protestas precedentes. El incidente, que inicialmente había sido razonablemente pacífico, terminó con la muerte del Ministro y de su adjunto. Es posible que el “estudiante” que disparó y asesinó al Ministro y a su adjunto hubiera sido un operativo comunista mandado allí para crear problemas. ¡Y bien que los creó! Los miembros del gobierno comenzaron a pelearse buscando culpables por la muerte del Ministro. El 12 de junio el sufrido Long Boret presentó su dimisión. Inmediatamente fue repuesto como Primer Ministro y el 16 de junio anunció la creación de un nuevo gabinete. Increíblemente, en medio del caos político, las FANK consiguieron algunos éxitos en 1974. Los khmeres rojos debieron renunciar a su intento de conquistar la ciudad costera de Kampot ante la superioridad logística de las FANK. A finales de junio las FANK recuperaron la antigua capital de Oudong a 46 kilómetros de Phnom Penh. La guarnición de Kompong Seila, a setenta kilómetros al suroeste de Phnom Penh, fue capaz de resistir los ataques de los khmeres rojos y mantendría sus posiciones hasta los últimos días de la República Khmer. En septiembre el gobierno, siguiendo consejos norteamericanos, dejó que el riel se devaluara hasta los 1.200 rieles por dólar, eliminó las tarifas a las importaciones y subió los sueldos de funcionarios civiles y militares. La mala noticia fue que justo al final del mes el liante de Lon Non regresó al país. Él no lo sabía todavía pero había vuelto para morir en Camboya. Aunque el lobby de EEUU garantizase que la República siguiese siendo considerada como la legítima representante de Camboya en EEUU, la realidad es que para el bloque comunista esa empezaba a ser una cuestión irrelevante. Esperaban que tarde o temprano se rindiese incondicionalmente. El 9 de agosto, el Presidente Nixon había dimitido. Era ya cuestión de tiempo que un Congreso cansado de la sangría de Indochina, decidiese cortar toda la ayuda. A finales de 1974 la ayuda norteamericana representaba el 95% de los ingresos del gobierno. En los últimos meses de 1974, la prioridad del régimen de Lon Nol sería alcanzar la paz con los comunistas. La gente de a pie, cada vez más desmoralizada, se decía que entre khmeres siempre podrían discutir y entenderse y que, en todo caso, los khmeres rojos nunca irían contra el ciudadano ordinario. No podían estar más equivocados. Sihanouk rechazó todas las propuestas de paz de Lon Nol. Ni Lon Nol ni los norteamericanos sabían que Sinahouk era una figura meramente decorativa y un prisionero de los khmeres rojos. Quien manejaba los hilos era Pol Pot y para él la única victoria posible era la incondicional y la que te permite aniquilar al enemigo. Literalmente. El 1 de enero de 1975 los khmeres rojos lanzaron su ofensiva final. La idea era primero cortar el río Mekong por donde llegaban el 90% de los abastecimientos a Phnom Penh. Si lo lograban, el siguiente paso sería atacar la ciudad. Con respecto al año anterior, los khmeres rojos habían mejorado sus capacidades operativas y habían recibido generosamente armas y suministros principalmente de China. Las FANK aún hubieran estado en condiciones de enfrentárseles como el año anterior, pero los políticos estaban demasiado preocupados con negociar y asegurarse su futuro como para pensar en hacer un uso útil de las FANK. EEUU, a la desesperada, aún pensaba que un gobierno conjunto con los comunistas, a la laosiana podría ser posible. Acaso si ayudasen a reforzar la figura de Sihanouk, al que tenían por sensato y susceptible de inclinarse hacia Occidente… Pero Lon Nol tenía que irse. Tal vez un gobierno sin Lon Nol pudiese mejorar su imagen internacional. El 21 de marzo Long Boret nombró un nuevo gabinete. Con Lon Non maniobrando entre bambalinas no fue tarea fácil. Los políticos chalaneaban por sus carteras como si aún significasen algo. Más inteligente fue el Jefe del Alto Mando, el General Fernández, que por esas fechas abandonó su puesto y marchó a Francia. Después de múltiples presiones internas y externas, el 1 de abril Lon Nol partió con su familia rumbo a Indonesia para, supuestamente, recibir atención médica. Todos sabían que no volvería. El presidente del Senado, Saukham Khoy, asumió la Jefatura del Estado. Long Boret acompañó a Lon Nol a Indonesia. De allí voló a Bangkok para mantener unas negociaciones infructuosas con los khmeres rojos. El 9 de abril regresó a Phnom Penh. A la República le quedaban siete días de vida y a él poco más o menos los mismos. La marcha de Lon Nol despertó el optimismo en Phnom Penh. EEUU pensaba que aún había tiempo para crear un nuevo régimen con Sihanouk a la cabeza y esperaba que los chinos lo aprobasen. El 11 de abril el gobierno se disolvió y fue reemplazado por un Comité supremo encabezado por Long Boret, que debería de asegurar la transición hacia un gobierno liderado por Sihanouk. Ya se estaba preparando el recibimiento de Sihanouk en Phnom Penh, cuando en la madrugada del 12 de abril los chinos, ante el rechazo de los khmeres rojos, dijeron a los norteamericanos que nada de lo acordado. Ese mismo día los norteamericanos evacuaron al personal de la Embajada. También ese mismo día Francia reconoció oficialmente al GRUNK. David Chandler cuenta que el 15 de abril Long Boret, hablando con un periodista francés, le preguntó qué alternativas tenía. El periodista le respondió que sólo una: hacer de Phnom Penh una ciudad abierta. Long Boret salió de la conversación con un modesto optimismo. Pocas horas después llamó al periodista para comunicarle que sus generales no aceptaban la rendición incondicional. Esos valientes generales poco después saldrían del país en helicóptero, igual que en las semanas y días precedentes habían hecho muchos camboyanos con posibles. El 16 de abril, vía la Cruz Roja y la agencia France Presse, el Comité supremo ofreció un alto el fuego y el traspaso del poder al GRUNK de Sihanouk. Ante el diluvio de fuego que caía, los miembros del Comité supremo decidieron abandonar Phnom Penh en la tarde del 16 y trasladarse a la provincia noroccidental de Oddar Meanchay. Los helicópteros que debían transportarlos nunca aparecieron. A las seis de la madrugada del día 17 se enteraron por vía telegráfica de que Sihanouk había rechazado su oferta. Como todo es empeorable, también se enteraron en ese momento de que estaban en la lista de traidores de los khmeres rojos. A primerísima hora del día 17 los miembros del Comité superior y otros políticos de alto rango acudieron al Estado Nacional para coger los helicópteros que les sacarían del país. Long Boret y su mujer de pronto dijeron que se habían olvidado de algo muy importante en su casa y salieron pitando a recuperarlo. Los helicópteros los esperaron tanto como pudieron, hasta que se vieron obligados a partir. Nunca más se supo de Long Boret. Hay maneras estúpidas de encaminarse hacia la muerte. Ésta es una. Antes de que empezase la tragedia, aún hubo ocasión para un poco de comedia. Temprano por la mañana del 17 unos doscientos jóvenes, vestidos de negro como los khmeres rojos y encabezados por un supuesto general Hem Keth Dara, entraron sonriendo en Phnom Penh. Las tropas del FANK empezaron a rendírseles. Dara instaló sus reales en el Ministerio de Información. Esos supuestos khmeres rojos eran estudiantes de simpatías izquierdistas a los que había armado Lon Non. Como a Lon Non le quedaban menos de 24 de horas de vida, no hubo ocasión de preguntarle lo que pretendía. Lo más probable es que, intrigante como siempre, quisiera presentarse como el dueño de la situación cuando llegasen los verdaderos khmeres rojos y subirse al carro del triunfo. Los verdaderos khmeres rojos llegaron efectivamente poco después, pero no sonreían como los ficticios. Lon Nol pudo apreciar la diferencia poco después cuando le mataron (no está claro si le fusilaron o le molieron a palos). Termino esta historia con Mean Leang, el reportero de Associated Press en Phnom Penh. El último mensaje que mandó a sus oficinas fue: “Estoy solo en Correos. Perdido el contacto con nuestra gente. Tengo tantas historias que cubrir. Estoy temblando. No sé cómo mandar las historias. Qué tranquilas, las calles. Cada minuto cambia. A las 13.00 hora local mi esposa vino diciendo que [los khmeres rojos] amenazaban con echar a mi familia de casa… Agradecería instrucciones. Yo, con una pequeña máquina de escribir, voy entre Correos y mi casa. Puede que sea el último cable por hoy y por siempre”. Lo fue. Historia Tags CamboyaCheng HengChinaEEUUFANKIn TamKhmeres RojosLon NolLon NonLong BoretNorodom SihanoukPol Pot Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 11 feb, 2020