Ellas se llaman “Mujeres de Negro” para diferenciarse de las “Damas de Negro”, que aunque se visten del mismo color y persiguen iguales propósitos, “han perdido el glamur en la lucha”, afirma Sonia Camacho, coordinadora de esta nueva ONG, que se encuentra en huelga de hambre desde hace 26 días para exigir la liberación de los presos políticos de Venezuela.
Sonia Camacho, de 65 años, oriunda de Barinas, el estado natal del presidente Hugo Chávez, ha llevado detenciones y recibido tremendas palizas por parte de la policía por protestar contra la “violación de la Constitución, la violencia, los asesinatos, las detenciones arbitrarias”.
Se visten de negro para demostrar su duelo por la pérdida de libertades en el país. Sus manifestaciones son conocidas por los abanicos gigantes negros con la inscripción de sus reclamos que exhiben todos los miércoles en diferentes sitios de la ciudad, pero es la primera vez que llevan adelante una huelga de hambre. Su organización civil ya integra a 160 activistas en todo el país.
“Pedimos que el presidente Chávez decrete una amnistía general”, dice Camacho. Hay unos 56 presos políticos, de los cuales 22 siguen tras las rejas y el resto ha sido liberado bajo régimen condicional, dice Julio César Rivas, presidente de JAVU, Juventud Activa.
La salud de Camacho se resiente poco a poco con el ayuno. No piensa abandonar la protesta hasta que “el gobierno recapacite. No estamos pidiendo nada del otro mundo. Pedimos amnistía. La reconciliación nacional pasa por la liberación de todos los prisiones políticos, los perseguidos y exiliados”. Dice que hay unos 270 en esa situación. “No todos se declaran presos políticos por temor a perder la promesa de salir en libertad”.
Con ella también participan en la huelga de hambre: Venezuela Fernández, de 44 años, y Yarelis Guédez, de 51 años. “Si una de nosotras se muere, las otras dos nos quedaremos aquí y veremos qué hacen los del gobierno”, dice Sonia.