¿Preparados, listos?… ¡Llegan las vacaciones de Navidad! Y con ellas, las posibles reuniones familiares y de amigos. Este año además se van a caracterizar porque serán más reducidas en cuanto a comensales, pero tal vez pueda pasar que, con el fin de ver a toda la familia, el número de ocasiones en las que nos reunamos alrededor de la mesa se multipliquen y esas comilonas pueden afectar a nuestra salud.
Los habrá más jóvenes que solo piensen en esos posibles kilos que pueden coger tras una Navidad con demasiados excesos, pero lo cierto es, que pasada cierta edad, parece que ya no todo nos sienta bien y que cuando nos excedemos con alimentos más pesados, podemos experimentar una serie de molestias gastrointestinales (o algunas otras molestias asociadas a ellas) que nos pueden llevar a pasar un mal rato. Quizá alguna de estas te suenen:
- Gastroenteritis.
- Reflujo gastroesofágico.
- Dolor abdominal.
- Dolores de cabeza.
- Distensión abdominal.
Y es que se los hábitos alimenticios se transforman durante la Navidad,. Pasamos a consumir mayor cantidad de grasas, azúcares y alcohol que resultan una bomba de relojería y que no solo van a afectar al peso, sino que pueden empeorar la salud, sobre todo si partes de una salud que ya está débil.
Por esto debemos de ser conscientes de que si no queremos pasar meses intentando arreglar lo que hemos destrozado en dos semanas, deberemos ser precavidos. Y esto no significa que no te puedas saltar un poco la dieta o que no puedas probar los excelentes guisos de mamá. Lo que significa realmente es «tener medida».
Si ves que tus eventos se multiplican a causa de la situación actual con el Covid y la limitación de comensales, vas a tener que hacer algún recorte aunque suene feo o impopular.
Trucos para aligerar las comidas y cenas
- ¡Verduras! El hecho de que tus cenas y comidas comiencen con un primer plato de verduras, ya sean en forma de ensalada, crema o verduras cocinadas hará que cuando llegue ese plato estrella (que seguramente es hipercalórico) no tengas tanta hambre y consumas una menor cantidad.
- No se te olvide el agua. Debes tenerla a tu lado todo el tiempo y procura tomar más de un vaso en la comida o cena, de esta manera el consumo de alcohol será mucho menor y evitarás todos los efectos negativos desencadenados de su consumo (que no son pocos).
- Y como broche final, en cuanto a alimentación navideña se refiere, debemos reducir o ser comedidos con los dulces. No te voy a negar que es la peor (o mejor) época para los golosos, pero es que a cada paso que das, encuentras un dulce y tenemos que aprender a esquivarlos. Intenta que en tus comidas y cenas siempre exista un postre a base de frutas. De hecho puedes combinar muchas con chocolate, por ejemplo puedes hacer una fondue de frutas y chocolate negro buenísima y de esta manera reducir el consumo de postres más elaborados y con mayor cantidad de azucares.
Si a estas pequeñas acciones les añadimos el seguir practicando ejercicio físico de una forma regular, seguramente la Navidad no pase factura a tu salud.
Yo ya estoy pensando en algunas recetas que me ayudarán a sobrevivir a la navidad y que mi salud salga airosa. Te espero la semana que viene con algunas ideas para estas fechas que seguro que te apetece probar.
Pasa un fin de semana de los más saludable.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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