El 21 de septiembre de 2000, según el juez instructor José de la Mata, Jordi Pujol Ferrusola, junior o el capellán, abrió una cuenta en Andbank (un banco de Andorra). Ingresó, en efectivo, 307 millones de pesetas (1,8 millones de euros). La cuenta (número: 63810), sin embargo, era de Jordi Pujol Soley, quien llevaba veinte años al frente de la Generalitat de Cataluña. Varios informes de la UDEF, incluidos en la causa judicial de la Audiencia Nacional, así lo afirman. Esta documentación, señala De la Mata, revela que los saldos depositados en la misma serían propiedad de Jordi Pujol Soley, ejerciendo su hijo Jordi Pujol Ferrusola exclusivamente de fiduciario, razón por la que formalmente consta como titular. Dos de los documentos que sostienen este vínculo son, por un lado, una carta aparentemente mecanografiada y firmada por junior asegurando que él es únicamente fiduciario y sin derecho sobre los bienes de la cuenta; y, por otro lado, una carta manuscrita en catalán de Jordi Pujol Soley donde parece leerse que él es el titular de la cuenta y que, si fallece, los activos deben pasar a su esposa, Marta Ferrusola Lladós. Un legado como el del abuelo Florenci. Un año antes, el verano de 1999, El País empezó a publicar las sospechas de que la familia Pujol Ferrusola se beneficiaba de la posición del patriarca en la Generalitat. El Diari de Girona explicaba, ya entonces, que la madre y los siete hijos del matrimonio participaban en un total de dieciocho empresas privadas. Y en octubre de 2000, con el caso Pallerols, entonces caso Trabajo, en plena efervescencia, el presidente de la Generalitat defendía en la radio que Cataluña tenía un expediente blanco, inmaculado y excelente. La cuenta corriente en Andbank se canceló el 30 de diciembre de 2010. Tres días antes, Artur Mas había tomado posesión como nuevo presidente de la Generalitat, tras siete años de tripartitos de izquierdas. Quince días después, Oriol Pujol Ferrusola era elegido secretario general de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC).