Eduardo Redondo.
La ciudad malagueña de Torremolinos acogió entre los días 19 y 24 de junio la XXII edición de los Juegos Nacionales Escolares EMDE de categoría Infantil. En total, 51 equipos llegados desde nueve provincias diferentes de España han competido en las modalidades de baloncesto masculino y femenino, fútbol sala, fútbol 7 y voleibol. Más de 700 privilegiados han disfrutado durante los últimos seis días de las magnificas instalaciones que ofrece el Patronato Municipal de Deportes de la ciudad, de la gastronomía típica de Andalucía y de sus gentes.
Jugadores y jugadoras con edades comprendidas entre los 12 y los 14 años han podido disfrutar de una experiencia única al compartir con compañeros y rivales valores intrínsecos a la práctica deportiva: compañerismo, amistad, sacrificio, esfuerzo, superación, trabajo en equipo, etc. Valores que se llevan a sus hogares junto a un montón de anécdotas, vivencias y recuerdos imborrables para toda la vida.
En la mañana de ayer se celebraron las finales de todos los deportes. La mascota del torneo, ‘Antorchito’, realizó el saque de honor en la pista de fútbol sala. Los nervios estaban a flor de piel y la tensión se mascaba en el ambiente. Sin embargo, aprender a ganar y a perder también forma parte de la vida y de las enseñanzas que aporta participar en los Juegos EMDE. Con el podio ya decidido, todos los participantes se dieron cita en el Auditorio Príncipe de Asturias para asistir a la Clausura del campeonato. Manuel García, responsable de comunicación y codirector de los Juegos, fue el encargado de dirigir el evento que contó con la participación de Emilio Díaz, secretario regional de Escuelas Católicas de Madrid.
En su discurso de apertura, Emilio agradeció al Ayuntamiento de Torremolinos y a McYadra su compromiso con el campeonato y dedicó unas cariñosas palabras a todos los participantes: “No olvidéis que está experiencia no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de Jesús que os otorgó la suerte de nacer en el seno de unas familias que pueden realizar el esfuerzo de daros una educación católica y rica en valores, en la que el deporte es parte fundamental de vuestra formación integral”.
Tras las presentaciones y los discursos, Álvaro de Ácana realizó una performance con un aro de luz de gran tamaño que animó al público antes de dar paso a los protagonistas: los jugadores. Las autoridades asistentes fueron los encargados de entregar los trofeos y las preseas a los premiados: Ángel Crespo, directivo de EMDE, Sebastián Plaza, capellán de EMDE, Marina Vázquez Domínguez, concejala del Área de Regeneración Urbana, José Manuel Ruiz Rivas, concejal del área de Cultura, Eventos y Mayores, Sandra Jaime Arcas, concejala del área de Accesibilidad Urbana, Padrón y Concesiones Municipales y José Balmaseda, director general de McYadra.
El podio final de las diferentes modalidades fue:
Baloncesto Femenino
1 Claret (LP)
2 La Goleta (MA)
3 BVM Irlandesas (M)
Baloncesto Masculino
1 San Agustín (VA)
2 El Prado ‘A’ (M)
3 SAFAUR (SE)
Fútbol 7
1 Claret ‘A’ (SE)
2 Claret ‘A’ (LP)
3 CEU San Pablo (SE)
Fútbol Sala
1 Asunción Cuestablanca (M)
2 Maristas San Fernando (SE)
3 Santa Ana y San Rafael (M)
Voleibol
1 CEU San Pablo (SE)
2 Nuestra Señora de las Nieves (M)
3 Claret ‘A’ (LP)
Para finalizar el acto, la organización entregó los premios más importantes y que dan sentido a los Juegos EMDE por su significado: el premio Fair Play y el premio Valores Humanos. El primero de ellos recayó sobre Lola Rufo, jugadora de Claret B de Sevilla de fútbol 7 por su trayectoria en la competición. Esfuerzo, coraje, lucha, sacrificio y entrega son las señas de identidad de esta jugadora en el terreno de juego. Sin embargo, recibió el premio por los valores que representa dentro y fuera de las pistas. “Muchos de los participantes han demostrado su calidad deportiva. Y esa calidad deportiva no está reñida con la transmisión de valores. EMDE ha querido destacar ese binomio en uno de los participantes. Un participante con calidad deportiva y calidad humana. Un participante que lleva acudiendo a los Juegos desde alevines y que tampoco ha fallado en la consecución de los objetivos marcados mostrando los valores aprendidos en su entorno familiar y su ámbito escolar. Por el compromiso, el esfuerzo, el sacrificio y el poder de superación demostrados en este campeonato, el premio al Fair Play ha sido concedido a Lola”, explicó Manuel.
El segundo de los premios fue para el equipo de voleibol del colegio San Patricio Soto. “¡Qué importancia tiene el trabajo en equipo! En el deporte, los dones y talentos de cada jugador/a se ofrecen al servicio del equipo. Podrán llegar victorias o derrotas, pero si existe esta cualidad, ese equipo seguirá unido siempre. Por demostrar esa unidad en el campo de juego y fuera de él; por mostrar su colaboración en todo momento aún si ser requerida; por competir siempre con alegría. En conclusión, por demostrar que el deporte también es una autentica vía de servicio a la comunidad, el premio a Valores Humanos ha recaído en este equipo”, aseguró el codirector de los Juegos EMDE.
Los premiados recibieron un cheque por valor de 1.500 euros cada uno para gastar en material deportivo de la marca McYadra, patrocinador principal del campeonato. Antes de concluir el evento, Manuel recordó que coincidiendo con el campeonato tuvo lugar la celebración del jubileo del deporte y quiso compartir una oración creada para dicha celebración: “Jesús, tú compites a mi lado todos los días. Dame fuerzas para ayudar, para jugar con alegría y para amar como tú”.
La actividad es frenética estos días en la ciudad de Torremolinos y, mientras los jugadores infantiles se subían a sus autobuses, tomaban el AVE o despegaban rumbo a las islas, los jugadores de la categoría cadete ya deshacían sus maletas. Del 24 al 29 de junio se disputa la última semana de competición de estos Juegos que ya suman XXIX ediciones. En total, otros 45 equipos llegados desde Ciudad Real, Madrid, Málaga, Sevilla, Tenerife, Valladolid, Córdoba, Las Palmas y León compiten estos días por el título de campeón de España.
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