
Eduardo Redondo.
La XXXVI edición de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) forma ya parte de la historia de la competición. De esta manera, nuestro viaje también se aproxima a su destino final y esta semana nos lleva hasta la penúltima parada. En el barrio de Chamartín, lindando con la Plaza de Castilla, se encuentra el Colegio Nuestra Señora de la Consolación, un centro ubicado en la Plaza de la Madre Molas, fundadora de la congregación que da nombre al centro. En el año 1996, un joven profesor de Educación Física, Miguel Ángel García, inscribió por primera vez a los equipos de su colegio en la competición de Escuelas Católicas.

Casi 30 años después, Miguel Ángel continúa en el centro siendo una institución del deporte y, tanto él como el equipo directivo, continúan siendo fieles a los Juegos Deportivos de ECM. En el año 2014, Alberto Méndez tomó el testigo para liderar el día a día de un proyecto que contó con varias generaciones de muchos éxitos deportivos: ‘Los Titanes’. Medallas de oro, plata y bronce en Madrid permitieron a sus equipos lograr importantes triunfos en los Juegos EMDE e, incluso, viajar hasta Malta, Lisboa o París para disputar la FISEC. El espíritu de ‘Los Titanes’ continúa arraigado en los equipos del colegio y este año han vuelto a tocar metal al conseguir una medalla de oro en la Copa de la categoría Senior de fútbol sala.

“El proyecto deportivo de Nuestra Señora de la Consolación se basa en la educación de los alumnos en valores. Hacemos mucho hincapié en la importancia del equipo, del respeto a los compañeros y en la superación. Lo importante no es ganar, es progresar y disfrutar con el deporte. Este año hemos inscrito en competición ocho equipos de fútbol sala y seis de voleibol. Además, tenemos una escuela de baloncesto de la que, en un futuro, esperamos tener equipo también. En los últimos años hemos crecido mucho en voleibol y nuestro objetivo es tener equipos en todas las categorías. Nosotros damos cabida en los equipos a todos los alumnos que quieren practicar un deporte y les damos el protagonismo que se merecen”, explica Alberto, coordinador del colegio Nuestra Señora de la Consolación.

Fieles a los Juegos Deportivos de ECM, después de casi 30 años este colegio es uno de los más veteranos de la competición. “Año tras año elegimos los Juegos ECM porque encajan perfectamente con nuestros valores. Simplemente con pasar un sábado por nuestro colegio o por otro de los participantes puedes ver como los equipos realizan el saludo fair play antes de los partidos, el buen ambiente que se genera entre las familias, el espíritu competitivo saludable… Todas estas cosas que promueve Escuelas Católicas casan con lo que nosotros buscamos como colegio y como educadores”, asegura.

Alberto es antiguo alumno y ahora compagina su trabajo de profesor con la coordinación de los equipos. Conoce perfectamente la idiosincrasia del centro y reconoce la importancia de conseguir una simbiosis entre educación y deporte. “Desde el propio colegio animamos a los alumnos a que prueben deportes colectivos. Creemos que el deporte sirve para integrar, crear lazos y entablar amistades. En muchos casos vemos como, niños que tienen problemas en los patios de peleas, enfrentamientos o malos comportamientos, mejoran radicalmente con la práctica deportiva. El esfuerzo, el compromiso y la diversidad son tres aspectos básicos para nosotros. Somos un colegio de inclusión con espacio para todos los alumnos. Que los niños puedan contar a sus compañeros las cosas tan increíbles que viven en el deporte es nuestro mayor reconocimiento”, reconoce.

“Yo creo que la función de coordinador se puede realizar sin ser parte del centro. Sin embargo, creo que se trata de una buena ayuda porque te permite conocer en profundidad al alumnado. Además, los niños te respetan más. En mi opinión, la educación y el deporte son dos aspectos que van de la mano y que no pueden vivir el uno sin el otro”, añade.

Además de antiguo alumno, Alberto fue jugador de los equipos de Consolación y conoce todos los detalles de la competición. Además, tuvo la oportunidad de participar en los Juegos EMDE y en la FISEC que se celebró en Malta en el año 2008. “Lo que más valoro de la competición es el premio fair play. Es un premio al que no se le da la importancia que se merece durante el año, pero que aquí valoramos mucho. En todos los partidos de esta competición se pueden ver, al menos, cinco gestos que serían merecedores de este premio”, expresa. Sin embargo, también considera que hay cosas que se podrían mejorar. “Creo que una cosa importante a mejorar es el tema burocrático. Cuando hay que aplazar un partido, cuando hay que reprogramar por lluvia o hacer algún cambio de horario, creo que se debería realizar de una manera más ágil y sin tanto papeleo. Que, si dos colegios nos ponemos de acuerdo, lo comuniquemos a la organización y quede zanjado. Otra cosa que mejorar es el protocolo de lluvia. Yo entiendo que es un tema difícil, pero la actual normativa deja mucho lugar a la interpretación”, recomienda.

Tras muchos años formando alumnos y entrenando jugadores, en el colegio Nuestra Señora de la Consolación tienen claro cuál es el camino al éxito. “El principal requisito que pedimos a nuestros entrenadores es que sean buenas personas, que sepan empatizar con el rival, con los alumnos y con sus familias. Para nosotros lo más importante no es que tengan una titulación de alto nivel o unos conocimientos muy altos del deporte. Es importante que tengan una preparación previa, pero valoramos mucho más la relación con los alumnos, que sepan transmitir ilusión y ganas de trabajar. Buscamos esa comunión entre entrenador, jugador y familia que se consigue a través de la educación. A nuestros entrenadores yo les considero educadores/formadores”, asegura Alberto.

En esta línea, reconoce la labor que realiza su equipo de trabajo en el día a día. “Me gustaría destacar la calidad de nuestro equipo de entrenadores. Tenemos un gran grupo de profesionales con veteranos y otros nuevos que se encuentran muy implicados. Lucho es nuestro entrenador de futsal más veterano, antiguo alumno del colegio, que ha conseguido muchos éxitos con su equipo juvenil, este año, una medalla de bronce. Quiero destacar su labor porque empezó con un grupo de alumnos cuando tenían 7 y 8 años y ha conseguido crear una familia con unos lazos de amistad muy fuertes. Este año se van del colegio tras acabar el Bachillerato, pero seguirán haciendo deporte con nosotros. También quiero destacar la figura de Gabri, otro antiguo alumno, que con su equipo Alevín de sexto de primaria ha rozado las medallas está temporada. Sin embargo, lo que más me gusta de este equipo son sus valores, son un ejemplo perfecto de lo que queremos que sea un equipo de Consolación: integración, compañerismo, compromiso y respeto”, concluye.
