Javier Esteban
Esta semana nuestra atención se ha centrado en el deporte de la canasta. El partido de benjamín mixto que enfrentó a Nuestra Señora con Jesús María “B” fue el que cerró nuestra atención informativa. Encuentro protagonizado por dos equipos muy distintos. El local, integrado exclusivamente por niñas y el visitante con tres niños entre sus siete componentes.
Las de casa formaron con Marina Aragón, Cayetana Araujo, Noemí Moreno, Natalia Poncela, María Gómez, Alejandra Cirujano, Mari Paz San José, y Alba Castillo. Todas ellas atentas a las órdenes de María Isabel, su joven entrenadora, estudiante de INEF y antigua jugadora del centro. Los visitantes, con sus dos entrenadores, Manuel y Cristina, se presentaron al envite con Álvaro Fuentes, Carlota Paja, Pilar Gil, Juan Carlos del Río, Natalia Ucelay, Natalia Ayuso y Manuel Fernández.
El “match” comenzó con las chicas de casa más que dormidas o quizá pensando en la Primera Comunión que seis de ellas tomaban justo al día siguiente de este evento deportivo. Tanto es así que no inauguraron el marcador durante el primer cuarto, que concluyó con un 0-4 para los de Jesús María “B”.
Estos basaban su juego en gran medida en sus jugadores masculinos, quienes con más fuerza y velocidad de desplazamiento, se mostraron superiores, pero el segundo cuarto y el sol empezaron a despertar a Nuestra Señora, quien aplicando una gran defensa y mejorando algo su ataque consiguió que al descanso se llegase con un emocionante 2 a 4, es decir, que dejaron en blanco en el segundo período a los chicos del barrio de Salamanca.
La segunda mitad estuvo muy ajustada y el tercer cuarto, con un parcial de 6-7 a favor de los foráneos, terminaba con 8 a 11, dejando las espadas en lo alto para que el desenlace final tuviera lugar en el último cuarto.
Este último cuarto fue el de la máxima igualdad y ambos equipos anotaron cuatro puntos, lo que llevó a un tanteo final del partido de 12 a 15 para los de Jesús María, quienes no paraban de animar con cánticos desde el banquillo a los jugadores de pista.
Gran parte de la responsabilidad de esta igualdad y emoción finales y de que su equipo tomase el pulso al encuentro fue de la jugadora Marina Aragón de Nuestra Señora, pues con sus fintas, sus salidas en ataque, su conducción y su acierto anotador, consiguiendo la mitad de los puntos de su equipo, a pesar de estar lastrada con cuatro personales, fue la Most Value Player del encuentro (MVP).
Tras el pitido final, saludos deportivos entre jugadores y entrenadores, y ánimos y deportividad desde la “grada” durante todo el encuentro. Ese fue el ambiente que reinó en la instalación deportiva del centro educativo Nuestra Señora, debutante esta temporada en los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid y que la próxima campaña ya nos recibirá en su pabellón cubierto para minibásquet.
En la cancha
