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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

El hundimiento de Maduro

Ludmila Vinogradoff el

El Titanic se estaba hundiendo mientras los músicos de la orquesta seguían tocando. Así está Nicolás Maduro haciendo lo que sea para distraer la atención y negar la tragedia que está empujando al país hacia el abismo.

Todo lo que hace y ha hecho durante su Presidencia es para hundirse más en el fondo y con ell o arrastrar a los 30 millones de venezolanos. Hace tres años tuvo la oportunidad de corregir y enderezar los entuertos de su “padre político”, el difunto Hugo Chávez, pero se limitó a repetir la vacía frase de “yo anuncio que voy a anunciar”.

Y ahí se quedó el hombre del pajarillo. Aplicando el modelo del “Plan de Patria”  que heredó de su padrino.  Nunca tomó medidas que reactivaran la economía. Todo lo contrario, destruyó la industria, la producción nacional, las empresas y el sector petrolero. Dilapidó los pocos recursos que había en las reservas monetarias y permitió el gran saqueo y la corrupción de los fondos públicos.

Siempre fue el hazmerreir y la vergüenza de la región, pero ahora con más razón. El secretario de la OEA, Luis Almagro, lo tilda de “dictadorzuelo” y su aliado uruguayo, Pepe Mujica, lo tacha de “loco como una cabra”.

Maduro con milicianas

Maduro no levanta cabeza. Está débil y desprestigiado internacionalmente.  No tiene popularidad, ni dinero, ni apoyo dentro y fuera de Venezuela, ni pueblo. Solo cuenta con una cúpula de militares que lo mantienen en el poder.

Aunque lo niegue como los músicos del Titanic, enfrenta a un pueblo hambriento de comida, justicia, medicinas y libertad. Y para castigarlo lo ha sometido a cortes de luz, agua,  racionamiento de alimentos, hiperinflación, disolución del parlamento y sus atribuciones, que es la única válvula de escape  y tabla de salvación que le queda a la democracia venezolana.

Todos esperan un desenlace en los siguientes meses o semanas, según como se vaya agudizando la crisis. Y todos esperan que los militares tomen la iniciativa de hacer que Maduro respete la constitución, que pasa por permitir el referéndum revocatorio de su mandato este mismo año.

Los líderes de la oposición como Henry Ramos Allup y Henrique Capriles no quieren que se produzca una explosión social por el descontento ni que los militares den un golpe contra Maduro, no, por el hecho de que no se ha visto a un militar que toma el poder a la fuerza lo entrega después a un civil.

Lo cierto es que algo va a pasar, está en el ambiente, pero nadie sabe cómo ni cuándo. Los saqueos en los supermercados ocurren espontáneamente, la gente tiene hambre de verdad y los niños se mueren en los hospitales por falta de medicamentos. No hay medicinas y tampoco permite la entrada de la ayuda humanitaria. Es cruel. Maduro debería estar agradecido a los líderes opositores porque han frenado el descontento social y no le ha estallado en la cara, por ahora.

el gordo en los ejercicios

Y mientras termina de hundirse el barco, Maduro puede seguir jugando a la guerra imaginaria, inventando enemigos externos con sus maniobras militares.  Es patético ver que los viejitos, ancianas y amas de casa, disfrazados de milicianos con fusiles viejos en la mano, son los que van a defender al mandatario del ataque de los forzudos marines norteamericanos.

Maduro convocó a 515.000 milicianos a participar en los ejercicios militares durante dos días. Se despilfarraron 20 millones de dólares, a razón de 40 dólares por persona, que es el coste para este tipo de maniobras.

?con la bandera cubana?

la abuela con fusil

 

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