Raúl Castillo el 02 sep, 2015 El mercado de divisas (Foreign Exchange Market), conocido popularmente como Forex, es un mercado no centralizado en el que grandes bancos, grandes fondos de inversiones y pequeños inversores individuales (en el que usted que lee esto puede estar incluido) intercambian unas divisas por otras con la esperanza que la moneda que han comprado se aprecie y la que han vendido se deprecie y quedarse así con la diferencia y obtener una ganancia. Si hasta aquí usted no ha entendido nada, no se preocupe. Lo mismo me paso a mi cuando empecé a estudiar todo lo relacionado con este mercado. No entendía nada en absoluto y todo me parecía complicadísimo. Este blog nace con el propósito no de ser un rincón para profesionales, sino para intentar que gente que sienta curiosidad por este mercado financiero pueda desentrañar sus secretos y pueda acercarse al él, si lo desea, hasta convertirse en un pequeño inversor individual. Al fin y al cabo, lo descrito en el primer párrafo no es más que la actividad comercial de toda la vida: vender caro y, por tanto, comprar barato previamente lo que tú tratas de vender a mayor precio de manera posterior. “Si claro”, me dirá usted, “pero ahora me doy de alta en un bróker, meto mis ahorrillos y me pongo delante del interface de mi bróker en el ordenador y solo veo símbolos que no comprendo y números que representan cotizaciones y que se mueven muy deprisa. ¿Cómo sigo?”. Yo le diría que no tan deprisa. En todo aprendizaje es mejor ir siempre por partes y empezar por lo esencial y básico. Con todas sus fanfarrias y ese halo mítico de las películas que Hollywood le pone a Wall Street, la actividad de trading no es más que comercio por diferencia y lo primero que tenemos que saber si estamos preparados para comprar barato y vender caro. Si? Yo diría que no. Yo no estuve preparado para el comercio por diferencia hasta que no tuve que montar un negocio o hasta que vino la crisis de la burbuja inmobiliaria y me vi con algún piso de mi familia que tenía que vender a un precio que ya nadie quería pagar. Entonces entendí aquello que decía mi abuela de que “precio” es lo que pagas por algo y “valor”, por lo que lo puedes vender. Por ejemplo, cuando has comprado una casa con una hipoteca por un precio que ya nadie quiere pagar y necesitas venderla solo te quedan estas opciones: La primera es aguantar hasta que el mercado inmobiliario se recupere, que pueden ser días, meses, años, lustros o décadas. Lo mismo pasa cuando compras eurodólar (lo llamare EUR/USD a partir de ahora) a un determinado precio (por ejemplo a 1,1253 que está ahora cuando escribo esto) y observas con desesperación que no solo la cotización se va por debajo de ese precio, sino que se pasa así días, semanas y a veces meses y, por qué no, años. Puedes tomar la opción de aguantar, como en el caso de la casa, hasta que el precio de mercado vuelva a donde tu compraste incluso lo supere y puedas ganar algo. Incluso puedes pensar en alquilarla e ir pagando la hipoteca con lo que sacas del alquiler, pero ¿Qué pasa si el alquiler no cubre la cuota de la hipoteca? Te toca poner dinero para cubrir las pérdidas. Incluso podría llegar un momento en que no pudieras hacer frente al pago de la hipoteca y te embargaran. Esto mismo le pasa a un trader, si el precio del activo que ha comprado baja tanto que el capital que tiene en su cuenta está por debajo de las perdidas latentes y de las garantías exigidas, el bróker le cierra automáticamente. Sin embargo, no se conocen todavía Plataformas de Afectados por el Margin Call. Todo se andará. La segunda opción es vender la casa por debajo del precio que tú compraste y asumir parte de las pérdidas provocadas como consecuencia de comprarte una casa en plena burbuja inmobiliaria. Esta nunca gusta demasiado. Pierdes la casa y encima debes algo de dinero al banco. A los traders novatos tampoco. Les cuesta mucho asumir un stop de pérdidas y reconocer que se han equivocado, lo que le lleva a tener pérdidas mayores puesto que el activo (sea casa o sea divisa) puede seguir depreciándose hasta niveles insospechados. De nuevo, las pérdidas ilimitadas llevan a perder el activo, bien sea vía embargo o vía llamada al margen en el caso del mercado de divisas. Aquí, la primera única cosa importante que debe aprender un trader: cortar las pérdidas de manera inmediata. Fácil de decir, difícil de hacer. Por tanto, el principio de todo no es si sabemos de velas japonesas, si usamos muchos indicadores en nuestras gráficas de trading o si tenemos un sistema de trading que funciona como si fuera el Oráculo de Delfos, capaz de adivinar los movimientos del precio en el mercado a cada momento y a futuro. El asunto, más bien, es si estamos preparados para el comercio por diferencia. Pienso que no. Mientras no aprendamos a comprar barato y vender caro, cualquier actividad comercial que realicemos, da igual si es una perfumería o trading de divisas, será un ejercicio de azar en el que la Providencia nos guiara hacia el éxito o la catástrofe, más bien hacia lo segundo. Una vez dominado este principio, lo demás será imbuirse en las jergas y lenguajes que construye la Comunidad Forex, vamos como aprender un idioma. Un esfuerzo al alcance de quien haya empezado por el principio: desmitificar los mercados y alejarlos de esa visión esotérica que se proyecta desde el periodismo y los estudios de Hollywood. Otros temas Comentarios Raúl Castillo el 02 sep, 2015
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