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Blogs La vida en un Pip por Raúl Castillo

El nuevo equipo directivo de la CNMV, ante una oportunidad histórica para arreglar el problema de los CFDs

Raúl Castillo el

El nuevo presidente de la CNMV, Sebastián Albella, un hombre de reconocido prestigio y trayectoria en el mundo financiero, está ante una oportunidad histórica de acabar con uno de los muchos males endémicos que rodean al mundo de las finanzas y la inversión, como es el problema de los CFDs o contratos por diferencia. ¿Será esta vez la definitiva?
La CNMV presento hace dos semanas un brumoso plan en el que dedicaba dos slides genéricas al problema de los CFDs. Los Contratos por Diferencia (conocidos como CFDs) son un derivado financiero que replica unas acciones, un par de divisas, un índice o materias primas. Es como una apuesta personal entre un inversor particular y una institución que se hace llamar “bróker”, pero que en realidad es un “dealer” que hace de creador de mercado (de casino o de banca en otras palabras). Pongamos, por ejemplo que el particular compra CFDs del Eurodolar, un contrato, por valor de 100.000 euros, digamos en el precio 1.0600. Cada vez que el precio suba un “Pip”, el particular ganara aproximadamente diez dólares, es decir, si el precio, llega a 1.0610 habrá ganado 100 euros, pero si el precio baja a 1.0590 habrá perdido 100 euros y si cierra la posición en ese momento, su creador de mercado, el “dealer” le habrá ganado esa cantidad a el particular. La diferencia se liquida por un contrato entre dos entidades privadas.
Enfocaría mal el tiro la CNMV si todo el plan se quedará en poner el acento en el aplancamiento de los CFDs y si se mete a los CFDs en el mismo saco de las opciones binarias, ya que estás ultimas si que son casino puro 100 por 100, hechas para “limpiar” a los incautos. El apalancamiento de los CFDs (operar por más dinero del que tienes en el bróker porque te lo deja el propio bróker) no es bueno ni es malo en sí. Depende del uso que se haga del mismo y de los conocimientos que se tengan sobre los mercados financieros. El problema de los CFDs es el tipo de mercado en el que operan OTC (Over the Counter), donde todo son ventajas para el bróker dealer y sólo hay una única ventaja para el inversor retailer: el poder comprar minilotes o microlotes de activos financieros que de otra manera no podría adquirir porque, en otro mercado regulado, les exigirían la compra de lotes enteros de cualquier activo. Los mercados OTC son como jugar una partida de póker con un contrario que dispone del capital que tu dispones pero multiplicado por miles de dólares y que, además, ve tus cartas de manera continua, mientras tú no puedes ver las suyas. ¿Qué les parecería este juego? ¿Lo aceptarían? Estadísticamente tienen todas las de perder.
Existe un claro “conflicto de intereses” en los mercados OTC que debería quedar regulado en la normativa Mifid II, aprobada por la UE , y en la trasposición que los Gobiernos de los miembros de la Unión hagan de la misma. En España se espera su aprobación para el 3 de julio. Los “Dealers” ejercen de contraparte de los inversores particulares y crean el mercado. Es decir, si yo compro EURODOLAR, ellos tienen que tomar la posición contraria para cubrir mi posición: vender EURODOLAR. Por tanto, ellos son al mismo tiempo el “juez”, el “árbitro del partido”, y el “equipo contrario”, por lo que de esta circunstancia nada puede salir bueno para el inversor particular.
El negocio de los “dealers” es claro: captar mediante inversiones infimas en publicidad, a inversores con ilusión por aprender a invertir en los mercados financieros. Estos se les despacha con un cursillo de análisis técnico muy superficial y a los tres días se les declara aptos para invertir en Forex, materias primas y CFDs. Las cuentas de estos inversores van desde los 100 a los 3000 euros, sus ahorros, llegando a veces a cantidades superiores 10000 o 20000 euros. Los brokers dealers estudian el riesgo del modo de operar de estos clientes mediante herramientas estadísticas y pueden anticipar con un margen de error, más o menos, preciso, cuando van a “destrozar” su cuenta y quebrarla, el 80 por 100 de los que usaron CFDS perdieron dinero, según los datos de la CNMV. El dinero perdido por los pequeños inversores va a parar al bolsillo de los “dealers”, como en un casino. A los que no consiguen quebrarles la cuenta porque son operadores consistentes (ese 20 por 100 que la CNMV dice que no pierde con los CFDs), el dealer deja de tomar sus operaciones contrarias y les sacan al “mercado real”. Los perdedores los dejan operando en su “pecera” y les hacen creer que están operando en el mercado real.
Pero los desmanes dentro la “pecera” no paran ahí. Los brokers creadores de mercado ven los stops de sus clientes y saben perfectamente donde hay una zona con muchas ordenes stops, lo que supone un incentivo para ellos llegar a estas zonas donde saltan los stops de los clientes y asumen perdidas en las operaciones que van a parar a su bolsillo. Además, hay deslizamientos del precio (slippage) cuando se entra a mercado por parte de los minoristas que casualmente nunca es negativo para el dealer, como se descubrió en el caso FXCM, el bróker de divisas más importante de Estados Unidos. Ver:

http://www.x-trader.net/articulos/trading-general/la-caida-de-fxcm.html

La no existencia de un libro único de órdenes, donde se casen todos los precios que dan los proveedores de liquidez, convierten los mercados OTC en la ley de la selva donde se dan practicas tan rechazables como el “last look”. Para saber más, sobre esta práctica que convierte algunos mercados financieros OTC en un auténtico mercado Persa leer el artículo de Alberto Muñoz, llamado ordenes tóxicas en Forex. Aquí abajo dejo su link

http://www.x-trader.net/articulos/mercados-financieros/ordenes-toxicas-en-forex.html

Está claro que el apalancamiento es un problema, si no se tiene un conocimiento adecuado de lo que supone el mismo, pero no es el gran problema de los CFDs. Los problemas de este tipo de derivados financieros, de los que no debemos olvidar su utilidad para el pequeño inversor ya que le permite llegar a mercados que sin estos productos no podría invertir, radican en que los mercados OTC son como un Zoco Oriental en el que rige la ley de la selva y la palabra sobre el precio de un activo no tiene valor. Sería conveniente que el nuevo equipo de la CNMV se empleara a fondo y diera licencias para usar CFDs en España a empresas que desarrollen esta actividad en mercados neutros  y empezara a reconducir los CFDs a mercados organizados como pasa con las acciones, con una cámara de compensación y con un libro de órdenes único en el que se casen todas las órdenes de compraventa de manera trasparente y neutral sin prácticas de “last look”. Esto no es una utopía: ya ocurre en el mercado LMAX de Londres, regulado por la autoridad financiera británica (FCA). ¿Para cuando la CNMV se va a plantear esto en lugar de esbozar medidas de dudosa eficiencia como limitar el apalancamiento? ¿Interesa arreglar este asunto? ¿O solo interesa hacer como que se hace algo para que todo siga como siempre?…Lo veremos pronto.

 

 

 

 

 

 

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