Benignísimo

Lo de Italia me ha devuelto a la sordidez del mundo, pero lo de Italia también me ha devuelto a esa zona luminosa del hombre esencialmente bueno. Lo primero de Italia es lo del fútbol, y lo segundo es lo de un director italiano llamado Roberto Benigni y su película ‘El tigre y la nieve’, que se estrena en breve y que devolverá al cómico italiano a ese lugar del tentetieso del arte que ocupa y le corresponde. Es un hombre que gusta y disgusta con la misma fiereza; es un hombre de difícil digestión; es un hombre cultivadísimo, que conoce a los clásicos como yo mi cuarto de baño, que tiene un sentido del humor limpio pero pastoso, que no conoce la palabra pudor, que puede resultar brillante e irritante, que no recuerda, aunque se parece, a Chaplin o a Keaton, que habla por los codos, que destila algo de eso que ya no se lleva.

A mí ‘La vida es bella’ me parece algo cercano a lo genial, aunque haya tramos que me hagan rechinar los dientes. Ésta que se estrenará pronto, ‘El, tigre y la nieve’, tiene ciertas cosas que la acercan a ‘La vida es bella’, en especial su espíritu y su sentido del humor (el de su personaje, que es el mismo y él mismo), aunque quizá le falte ese bálsamo de originalidad y le sobren un par de versos.