El otro día me pareció entender que a José Manuel de Prada no le había gustado “La juventud”, la película de Sorrentino, pues le dedicaba una de sus columnas de opinión a ponerle pegas, no sé si tanto a la película como a aquellos a los que sí les había gustado. Supongo que no hay que darle mayor importancia, es una película que a unos gustará y a otros no, algo que pasa con muchas. Y también supongo que el hecho de que a uno le guste o no esta película de Sorrentino tampoco lo valida o invalida. La crítica que ha tenido “La juventud” ha sido muy diversa, desde el aborrecimiento hasta el entusiasmo, y me temo que será más o menos el mismo arco de sentimientos que provocará en el público. Yo me confieso admirador de esta película, y también de las anteriores de este director italiano, lo cual, espero que no me convierta en un tipo sospechoso al estilo de los que describe De Prada en su artículo, amargados, fracasados, resentidos y de vida sórdida y yerma. Le pinta el articulista un paisaje tan terrible a todo aquel al que le guste el cine de Sorrentino, que a punto he estado de cambiar de opinión: ¡Ah, en ese caso, que me apunten en la lista de los que desprecian a Sorrentino y vomitan con “La juventud”!
La verdad es que el comentario sobre la película que publiqué el viernes en ABC me delata por completo:
otros estrenos no tan comprometidos eran
MIA MADRE, la última de Nanni Moretti, y probablemente también muy apropiada para insultar a los que les guste (me confieso reincidente)
Otros temas
