Al margen de las polémicas que enfrentan a los políticos de Taiwán por la revisión de la memoria histórica de la isla, los jóvenes utilizan el complejo de edificios del antiguo Mausoleo de Chiang Kai-shek – rebautizado este verano como Monumento a la Democracia – con fines más lúdicos y constructivos. Así, numerosos bailarines de los más diversos estilos, desde danzas tradicionales chinas hasta “break-dance”, se congregan en este lugar para ensayar en los aledaños del Teatro Nacional y del Auditorio Nacional, anexos al hasta hace poco solemne Mausoleo de Chiang Kai-shek. Aunque el Generalísimo no está enterrado allí, sino en su residencia de Tzuhu a la espera de que sus restos descansen algún día en su pueblo natal de Fenghua, en la provincia china de Zhejiang, quizás en mandarín entonan aquello de “… y bailaré sobre tu tumba”.
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