En Hong Kong, una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, el urbanismo se ha desarrollado a lo alto, y no a lo ancho, por la falta de espacio en esta isla perteneciente a China, uno de los centros financieros, logísticos y comerciales del planeta. Curiosamente, la espectacularidad de los rascacielos que conforman su “skyline” contrasta con los rudimentarios troncos de bambú que los albañiles locales utilizan como andamios. Gracias a su fortaleza y elasticidad, el bambú es usado ampliamente en todo tipo de obras en el sur de China. En unos pocos minutos, los operarios levantan tan natural andamio anudando los extremos de los troncos en forma de una red de escaleras que va ascendiendo en el cielo hasta alturas de vertigo. Aunque pueda parecer extremadamente frágil, el bambú soporta el peso de los trabajadores y aguanta grandes cantidades de materiales de construcción colocados sobre los tablones que se asientan sobre esta tupida estructura de madera. Pero eso no significa que no deje de sorprender. Mientras Hong Kong es una de las ciudades más modernas, desarrolladas y futuristas del mundo, sus rascacielos se siguen levantando con andamios de bambú.
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