Después de más de tres meses sin precipitaciones, la primavera ha traído a Pekín las dos primeras nevadas del año durante los últimos días. Por supuesto, no han sido naturales, ya que el norte de China sufre la peor sequía de las seis últimas décadas. Cada vez que llueve o nieve, se hallan detrás la mano del hombre y su Oficina para la Manipulación del Clima, que dispara contra las nubes cohetes con yoduro de plata, un catalizador que provoca de forma artificial la lluvia o la nieve.
La plaza de Tiananmen y el retrato de Mao bajo la nevada
El Año Nuevo Lunar, que aún se está celebrando con las últimas tracas de petardos, marca en China el principio de la primavera, que no trae aún cerezos en flor como en Japón, sino nevadas artificiales.
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