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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

Las “flores del mal” en Corea del Norte

Pablo M. Díezel

Aunque no son como las que inspiraron a Charles Baudelaire cuando escribió su célebre libro de poemas, sí que se han ganado el apelativo de Flores del mal desde que el presidente de Estados Unidos, George Bush, incluyó al régimen estalinista de Corea del Norte en el Eje del mismo nombre junto a Irak e Irán.
Se trata de la kimilsungia, una variedad de las orquídeas bautizada en honor del padre de la patria y fundador del país, Kim Il-sung, y de la kimjongilia, una begonia que debe su nombre al actual caudillo de este aislada y pobre nación asiática, Kim Jong-il.
Como parece que en este asunto la política y la floricultura van de la mano, la primera fue regalada en 1965 por el entonces presidente de Indonesia, Sukarno, durante una visita que Kim Il-sung efectuó a Yakarta. Según cuenta la propaganda oficial en el libro Corea en el siglo XX: 100 hechos significativos, ambos mandatarios estaban paseando por el Jardín Botánico de Bogor cuando el Gran Líder Kim Il-sung se detuvo ante una planta cuyo tallo se erguía firme, sus hojas se extendían graciosamente y sus flores rosas mostraban su elegancia y belleza.
En una de esas extrañas coincidencias emocionales que se suelen producir entre los dictadores, bastó un halago del presidente norcoreano para que su homólogo, quizás conmovido en su corazón de tirano, se decidiera a llamar kimilsungia a dicha planta, que desde entonces es una de las flores nacionales del país más hermético del mundo.
La otra es, como no podía ser de otra manera, la kimjongilia, que recibe dicho nombre en honor del Querido Líder Kim Jong-il, quien, a la muerte de Kim Il-sung en 1994, sucedió a su padre en la que supone la primera dinastía comunista hereditaria del planeta.
Al contrario que la kimilsungia, este tipo de begonia no es regalo de ningún dirigente extranjero, sino que fue expresamente creada para Kim Jong-il por el botánico japonés Motoderu Kamo en 1988, tras dos décadas de investigaciones genéticas. De hecho, esta flor híbrida está especialmente diseñada para que florezca cada 16 de febrero, coincidiendo con el cumpleaños del Sol del Siglo XXI, tal y como la propaganda ha denominado al sátrapa del noreste asiático.
Según los norcoreanos, la kimjongilia simboliza inteligencia, amor, justicia y paz, al tiempo que representa la idea juche. Así se denomina al comunismo revolucionario trufado con elementos del confucionismo asiático que ideara Kim Il-sung, que sitúa al individuo como el centro del universo aunque luego todo el mundo en este país adore a sus dirigentes como si fueran auténticas divinidades humanas.
Ambas plantas son muy apreciadas en Corea del Norte, donde se suelen celebrar numerosas exposiciones y concursos en los que participan todos los ministerios y empresas estatales, que pugnan por ofrecer al régimen sus mejores flores en macetas decoradas con pistolas, kalashnikov y motivos revolucionarios. Un ejemplo más del kafkiano delirio que se vive en esta nación bajo la política songun, que establece la primacía del Ejército y destina gran parte del presupuesto a su programa nuclear mientras el pueblo sobrevive a duras penas con cartillas de racionamiento.

Pero se ve que al régimen también le queda algo de dinero para la botánica y, por eso, cuenta con un centro de investigación dedicado exclusivamente a las kimislungias y a las kimjongilias, que suelen participar en numerosos concursos internacionales de plantas.
En este sentido, la propaganda norcoreana se ufana de que la kimjongilia es la reina de las flores y la mejor planta del mundo debido a los galardones que ha obtenido en diversos certámenes. Entre ellos, la agencia estatal Korean Central News (KCNA) cita los premios logrados en el XII Festival Internacional de Flores de la antigua Checoslovaquia en 1991, en la Exposición Nórdica de Plantas de Suecia en 1995 y en varios eventos celebrados en las ciudades chinas de Jilin en 1997 y Kunming en 1999. Con 69 países participantes, éste último presume de ser la mayor cita de la horticultura global, pero lo cierto es que el éxito de la kimjongilia ha llegado a países en teoría enemigos del régimen de Pyonygang, como el Reino Unido o incluso Estados Unidos.
Sin ir más lejos, la flor del Querido Líder se hizo con el primer premio en la Exposición de Begonias celebrada en California en 2004, donde fue registrada como la variedad número 991 de esta especie.
De hecho, la kimjongilia ya se cultiva y comercializa en más de 60 países, desde China a Madagascar pasando por Europa, y se ha convertido en la embajadora floral del régimen norcoreano.

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