Aunque la crisis esté haciendo la cuesta de enero más empinada que nunca, aún hay tiempo para seguir disfrutando de las celebraciones por el cambio de año. Y es que no hay nada mejor que ponerle buena cara al temporal económico y, de paso, aprovechar las ventajas que ofrece la globalización en este mundo cada vez más pequeño para apuntarse al Año Nuevo Lunar, que comienza este lunes en buena parte de Asia y es festejado por más de 1.000 millones de personas.
La figura de un buey en un templo de Shangai recuerda el nuevo año lunar que se celebra en China. REUTERS
Como no podía ser de otra manera, la celebración más multitudinaria tiene lugar en China, el país más poblado del planeta. En el coloso oriental ya se preparan para despedir al Año de la Rata, cuya ambición desmedida ha acabado provocando uno de los mayores cataclismos financieros de la Historia, y dar la bienvenida al Año del Buey. De este fuerte y laborioso animal, acostumbrado a tirar del carro en las más duras faenas, se espera que su esfuerzo, paciencia y tenacidad sirvan para sacar a la economía del hoyo y remontar el vuelo durante todo este 4706.
Sí, sí, ha leído bien. Ese es el año que, según el calendario no gregoriano que aún marca las festividades de los chinos, se corresponde con 2009. Regido por las estaciones de la Luna y dividido en ciclos de 12 años, este calendario ha marcado al 26 de enero como la primera jornada del nuevo año, que suele caer entre finales de este mes y mediados de febrero. En estas fechas se produce la segunda luna llena tras el solsticio de invierno, por lo que el Año Nuevo chino también se conoce como la Fiesta de la Primavera al conmemorar el paso de una estación a otra.
Por su parte, la división en 12 animales se remonta a una leyenda según la cual el Emperador de Jade (o el mismísimo Buda, a tenor de otras versiones) convocó a varias especies a un banquete. La astuta rata, primer signo del horóscopo chino, ganó tan singular carrera al cruzar un río a lomos del fuerte pero inocente buey, que llegó en segundo lugar. Además, y siguiendo los principios de la antigua astronomía china, los animales están marcados por cinco ascendentes relacionados con los elementos básicos del universo. Así, el metal (oro) se asociaba con Venus; la madera con Júpiter; el agua con Mercurio; el fuego con Marte y la tierra con Saturno. Precisamente, éste es el ascendente que tendrá el buey (o búfalo, según otras denominaciones) en 2009, un año impar también marcado por la influencia del yin.
Frente a la adversidad, sobre todo económica, que traerá la crisis, el buey de tierra empleará toda su constancia y potencia para dar un buen ejemplo de perseverancia y resistencia ante las situaciones más complicadas. No en vano, la paciencia, la ambición material, la honestidad, la tozudez y la fuerza del carácter son las características de los nacidos bajo el signo del buey todos aquéllos que vinieron al mundo en los años 1997, 1985, 1973, 1961, 1949, 1937, 1925, 1913 y 1901. Entre ellos, destacan importantes figuras como los actores George Clooney y Anthony Hopkins, el futbolista Wayne Rooney, el músico Bruce Springsteen o el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ya es visto en todo el mundo con un gran buey que tirará del carro para salir de la crisis global.
Los chinos confían en que este animal tenaz y trabajador saque este año al mundo de la crisis. REUTERS
Pero, mientras llega la hora de la difícil verdad, los chinos ya se preparan para otra de sus aficiones favoritas: hincar el diente a un suculento manjar. Al igual que ocurre en Occidente, en China se saluda el cambio de año con una copiosa cena que tendrá lugar esta noche. He preparado un menú de 12 platos en el que, por supuesto, no faltará el pescado (yu) para simbolizar la abundancia que queremos conseguir durante los próximos meses, explica Murong Xueyi, que nació bajo el signo del buey justo cuando se fundó la nueva China hace ya seis décadas.
Junto a su marido e hija de 27 años, a la que espera casar en 2009, esta jubilada que vive al oeste de Pekín, cerca de las Colinas Fragantes, cenará en casa y verá en familia la ya tradicional gala de la Fiesta de la Primavera que emite la televisión estatal CCTV, el programa más seguido del mundo con una audiencia de más de 1.000 millones de espectadores.
Al filo de la medianoche, y junto a riadas de personas que inundan las ciudades, se echará a la calle para encender una estruendosa traca de fuegos artificiales y petardos que tiene como misión ahuyentar a los malos espíritus antes de que entre el nuevo año. Y, en lugar de comer uvas, tomará los ineludibles dumplings, unos deliciosos raviolis caseros rellenos de carne, verdura o marisco que son propios de estas fechas tan familiares.
Gong xi fa cai (que consigas mucho dinero), se despide Murong Xueyi deseándonos un feliz Año del Buey.
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