El extraordinario crecimiento experimentado por China ha sacado a 400 millones de personas de la pobreza, pero también ha provocado unas grandes desigualdades que son todavía mas sangrantes en este régimen que aún se denomina comunista. Un informe del propio Ministerio de Trabajo y Seguridad Social catalogó hace dos años los riesgos de una posible fractura en cuatro colores: azul, verde, amarillo y rojo. La disparidad de ingresos se encuentra ahora mismo en la zona amarilla, pero vamos a entrar en el escenario de la alerta roja después de 2010 si no hay soluciones efectivas durante los próximos años, advirtió el estudio, que admitió que hay pocas razones para ser optimistas a la hora de solventar la brecha entre los salarios urbanos y rurales. De hecho, sólo el 10 por ciento de la población posee el 45 por ciento de la riqueza total del país, mientras que el 10 por ciento más pobre apenas disfruta del 1,4 por ciento de ese bienestar. Según la ONU, hay 150 millones de personas en China que viven bajo el umbral de la pobreza al ganar menos de un euro al día. Pero esta cifra es, sin duda, mucho mayor porque en el campo, donde viven 800 millones de personas (el 60 por ciento de la población), la renta per cápita es de 353 euros al año. Para Pekín, el umbral de la pobreza está fijado en unos ingresos de 70 euros anuales, una situación de absoluta precariedad en la que viven más de 90 millones de personas, 75 de ellos en las zonas rurales y 22 millones en las ciudades. Además, hay 26 millones que no tienen ni comida ni ropa suficiente para subsistir. Mientras tanto, el coloso oriental es ya el tercer consumidor mundial de firmas de lujo y está previsto que supere a Japón este año, puesto que ya hay unas 300.000 personas que poseen fortunas valoradas en más de un millón de dólares.
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