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Sergio Ramos, lo has hecho rematadamente mal

Eres una leyenda y si hubieras renovado ahora año a año, como te propuso el club, que tienes ya 35, habrías jugado probablemente tres campañas más y luego te habrías quedado en la casa como entrenador, como embajador o como lo que quisieras. Hasta el fin de tus días dentro de medio siglo. Pero has querido pedir más años y más dinero. Y la ruptura es total. Si hubieras firmado en diciembre, antes de las lesiones, habrías evitado las dudas actuales sobre tu estado. Ahora, reflexiona que era lo mejor. Tu sabrás

Sergio Ramos, lo has hecho rematadamente mal
GRAF7566. PAMPLONA 09/02/2020.- El defensor del Real Madrid Sergio Ramos, celebra el segundo gol ante el Osasuna, durante el partido correspondiente a la jornada 23 de LaLiga Santander, que se disputa este domingo en el estadio El Sadar de Pamplona. EFE/Jesús Diges
Tomás González-Martín el

Ramos lo ha hecho muy mal. Rematadamente mal. Puede tener razón en que si se llamara “Ramonowski” y hubiera sido traspasado desde el extranjero al Real Madrid habría ganado mucho más dinero. Eras español y muy joven. Viniste con el pelo largo. Era otra situación. Hay que asumirlo.

En el Real Madrid puedes estar toda tu vida, no solo quince años como futbolista, si eres discreto y no montas telenovelas mediáticas como el capitán ha hecho desde hace seis años. Y si eres un grande, una leyenda, como tú lo eres, Sergio, lo inteligente habría sido firmar por año a año, como te ofreció Florentino Pérez. Porque probablemente jugarías tres. Hasta los 38. Y luego te quedarías en la entidad como una institución del club toda tu vida.

Pero no. Se te subió el orgullo. Tu rueda de prensa en verano, Sergio, para desmentir la oferta china, lo dice todo. Has hecho las cosas muy mal. Manolo Sanchís y Xabi Alonso, que renovaban sin que nadie se enterara, son ejemplos de la discreción que define al Real Madrid.

Sanchís estuvo dieciocho años, más que tú, Sergio, y del último contrato nos enteramos con él en una comida. Compara, Sergio.

Ahora, Ramos y el Real Madrid están en polos opuestos. Es un divorcio doloroso, porque son dieciséis años de matrimonio, pero la relación se ha roto y los orgullos hacen difícil reconducirla. Ya hubo un conato de ruptura hace seis años, pero al final se mantuvo la concordia. Ahora, la paz es casi imposible. El enfrentamiento es total y en este antagonismo ha influido todo el resquemor y el cansancio acumulado de aquella batalla soportada en 2015. Sergio Ramos y el Real Madrid están separados. La ruptura es total. El capitán queda libre el 1 de julio. Ancelotti se topa con una situación quemada.

La casa blanca le hizo varias ofertas a lo largo de los últimos doce meses y el capitán ha rechazado todas. En diciembre recibió la mejor, dos años más de contrato y una reducción del sueldo del 10 por ciento en la primera temporada. El sevillano se negó a firmarla. Pedía tres temporadas y más dinero, subir su ficha. Todavía se encontraba físicamente bien y exigía lo máximo. Ante la negativa, el Real Madrid redujo su propuesta a un año y ese 10 por ciento de rebaja salarial. Y el futbolista dijo que tenía una oferta del PSG.

—(En el club no gustó que, cuando el Real Madrid pidió una reducción salarial a la plantilla del 10 por ciento esta temporada, el capitán expusiera al grupo que él no se rebajaría el sueldo. Solo Casemiro lo aceptó. Luego la firmaron Odegaard, Jovic y los jugadores renovados: Benzema, Carvajal, Modric, Lucas y Nacho)—

En enero llegó la explosión de su dolencia crónica en un menisco. No podía jugar. Forzó ante el Athletic, con dos infiltraciones. No pudo jugar más. Operado con una artroscopia el 6 de febrero, el Real Madrid le mantuvo la oferta de un año. Y el central no ha contestado durante todos estos meses.

Dos lesiones más, en sendas recaídas, han marcado este periodo en el que Ramos ha rechazado la renovación. Y, acabada la temporada, sin respuesta, el club considera que la ha descartado definitivamente y retira la oferta. La propuesta de renovación ha expirado. El hispalense queda libre el 1 de julio. Su relación con el Real Madrid acaba a las doce de la noche del 30 de junio. Restan veintisiete días para una ruptura histórica, por la relevancia del jugador en la leyenda del Real Madrid.

Ancelotti ha regresado a la entidad y piensa hablar del caso Ramos. Pero las posturas están rotas. Ha pasado un año con esta negociación, un año cansino, como sucedió cuando renovó en 2015. Pero ahora ya no han aguantado más. Es difícil que Ramos se baje del caballo del orgullo y admita ahora firmar por un año cuando se negó hace siete meses ha rubricar un contrato por dos.

En el Real Madrid dolió mucho que, cuando solicitó a la plantilla la reducción salarial del 10 por ciento general, Ramos expusiera al grupo, a finales de diciembre, que no pensaba rebajarse el sueldo. Hizo una encuesta en el vestuario, a voz alzada, y solo Casemiro dijo que se lo bajaría. Después, la mitad del equipo ya ha admitido esa reducción en conversaciones personales. Jovic y Odegaard la rubricaron cuando se fueron a otros clubes. Carvajal, Benzema, Modric, Nacho y Lucas Vázquez incluyen esa rebaja en sus renovaciones de contrato.

No gustó que el capitán quisiera influir en todos. Solo le correspondía exponer la petición de la entidad. Son comportamientos que desvelan el antagonismo existente.

Si hubiera firmado en diciembre, antes de las lesiones, habrías evitado las dudas actuales sobre su estado físico. Ahora, el andaluz debe reflexionar que era lo mejor.

El entorno del defensa dice que tiene una oferta del PSG y otra del City. Veremos dónde acaba su carrera. Pero ha dicho «no» a una continuidad en el Real Madrid, año a año, y a un futuro eterno dentro de la institución. Todo estaba planificado para él.

Las personas allegadas a Sergio Ramos afirman que el todavía capitán del Real Madrid hablará el 1 de julio. Quizá, como hizo Zidane, con otra carta.

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