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Menos lobos, Ceferin, y a afeitarse: ¿Cuánto gana usted y cuánto ganan sus hombres del Comité Ejecutivo?

Florentino Pérez y otros clubes le han intentado derrocar, lo han hecho desastrosamente mal, pero el trasfondo existe entre los grandes. Y ahora va de fanfarrón, de justiciero de la noche, como las películas de Bronson. El propio presidente de la UEFA reconoce que durante dos días no paró de telefonear al primer ministro británico para frenar el golpe. Si los seis clubes ingleses no se borran, el proyecto seguiría adelante. Quien detuvo la Superliga fue el primer ministro británico, no usted. Y cuidado, Ceferin, que sus formas parecen barriobajeras, de rufianes. Hay que dar ejemplo

Menos lobos, Ceferin, y a afeitarse: ¿Cuánto gana usted y cuánto ganan sus hombres del Comité Ejecutivo?
Boris Johnson campaigning in North of England 29/06/2019. Lancashire, United Kingdom: Boris Johnson campaigning in North of England. Boris Johnson with Farmer John Garnett and his dairy cows on Ackenthwaite Farm, Milnthorpe, as part of his bid to become the new leader of the Conservative Party and Britain's new Prime Minister. (Andrew Parsons / i-Images / Polaris) 29/06/2019 ONLY FOR USE IN SPAIN
Tomás González-Martín el

Lo ha visto tan crudo que su reacción es casi dictatorial, grotesca, como el nuevo Napoleón eslavo. Verle descamisado, sin afeitar, da una imagen muy vulgar del presidente del fútbol europeo. Su imagen amenazadora, buscando ganar la guerra sacando los higadillos, atacando con vulgaridad extrema a quienes han intentado destronarle, ofrece una foto de la UEFA muy deplorable. Se le nota con ganas de vendetta napolitana, corsa. Cuidado, señor presidente de la UEFA, que sus formas dejan mucho que desear.

Debe dar ejemplo, aunque el cuerpo le pida guerra. Aunque sea para poder decir que no he bajado al nivel de los otros. El mundo observa cómo suelta espuma por la boca en cada entrevista, lanzando  el contragolpe contra esos cuatro clubes. Y su perdón casi religioso a los seis clubes ingleses, que estaban en la Superliga, denuncia su debilidad. Ahora les aplaude por dejar el proyecto. No olvide, Aleksander, que estaban dentro hace una semana y que fue la reacción de Boris Johnson, el primer ministro británico, el que paró el golpe con la BBC y otros medios haciendo apología del sentimiento de las aficiones y poniendo en la diana a los seis equipos. Listo este Boris. Ceferin, menos lobos, Caperucita: el que detuvo el ataque a su trono fue Johnson, no usted. Como bien ha reconocido usted, estuvo hablando con Boris durante dos días para derrotar la Superliga florentiniana y no sé si florentinista. El inglés ganó la batalla, no la UEFA. Tenga cuidado, que ha dado muestras de su debilidad y se le nota con este ansia inusitada por hundir a quienes han intentado vencerle.

La Superliga está en el garaje, aparcada, pero el trasfondo sigue vivo y usted se ha dado cuenta de una verdad: los grandes no ven atractiva esta nueva Champions de 2024, con diez partidos ante equipos clasificados en cuatro niveles que serán muy discutibles, pues dependerán de si se juzga la última temporada o varias más.

En la UEFA están acostumbrados a hacer lo que quieren y los clubes han dicho que ya está bien, que queremos el 90 por ciento del dinero para nosotros, para los que lo generamos, para los que fichamos y pagamos, no para los gastos excesivos de la UEFA, vergonzosos, de tantos directivos, viajes, fiestas de toda índole en los hoteles (y de momento nos quedamos ahí) y decenas miles de invitados a las finales que nada tienen que ver con un balón de fútbol, que no han visto una pelota a su lado ni de rebote. Ni patrocinadores ni gaitas, a esos partidos va mucha gente que no tiene nada que ver con nada, sino con amistades más o menos peligrosas. Mientras, los clubes se quedan en las finales con treinta mil entradas y ven otras cuarenta mil localidades ocupadas por no se sabe quien, o sí se sabe muy bien por quien. Los clubes quieren hacer la Champions, tienen sus ideas, pero no se cuenta demasiado con ellas.

Hay muchas preguntas pendientes que nadie contesta en la UEFA: ¿Cuánto gana usted, señor Ceferin? ¿Cuánto obtiene con sus gastos de representación? ¿Cuánto cuesta reunir a todos esos vividores del Comité Ejecutivo? ¿Cuánto cobra cada uno por acudir varios días? ¿Cuánto cuestan sus estancias en los hoteles, comidas, bebidas, coches, traslados y otros lujos?

Es humano que Ceferin odie a Florentino, que quiera fulminarlo porque le ha intentado tirar del trono, pero usted no puede actuar como un navajero amenazando cada día a los disidentes. Florentino Pérez se equivocó al presentar el proyecto en un programa televisivo nocturno, El Chiringuito, que se apuntó un gol periodístico. El presidente del Real Madrid debería haber presentado la idea, junto a lo otros once clubes, en un acto conjunto, con declaraciones de todos. Y Ceferin se equivoca ahora al contestar de la misma manera, en cada televisión amiga, para decir lo que quiere, señalando, amenazando, sin que nadie le rebata con preguntas sobre las causas de esta intentona golpista. El nivel es muy bajo, está por los suelos. No se puede caer más bajo en las declaraciones. Son de una vulgaridad pasmosa, comentarios de barra de bar, que diría Tebas.

Por cierto, Tebas debería decir algo sobre el apoyo de Ceferin al PSG y al City con esas manifestaciones en favor de un Fair Play Financierio aún más suave para los dos equipos Estado más vergonzosos del mundo.Si ya han hecho lo que han querido durante dos lustros, ahora tienen, nunca mejor dicho, barra libre. Es en ese apoyo a los dos clubes más golfos del mundo donde se observa la gran debilidad de Ceferin. Por querer hundir a Florentino Pérez no se puede pasar al lado contrario y defender a quienes han fichado por miles de millones de euros sin justificar esos dineros en sus presupuestos, porque es imposible.

Cuidado, Aleksander. Las formas definen a los grandes. Las suyas son deplorables. Haga una declaración conjunta en contra de los disidentes, multe a esos disidentes, sancióneles o póngales mil exigencias para disputar la Champions el próximo curso, pero no enseñe la guadaña y la capa para limpiar la sangre, que queda muy mal. Coja la guadaña y a afeitarse, pero no a clavarla.

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